Que asco, he tardado mas en colocar mi toalla que lo que he estado alli, este lugar me ha convertido de bisexual a un ser asexuado. Acabo de llegar a mi habitación de hotel, después de estar en la orilla, con el ánimo por los suelos, consciente de la terrible desmitificación que provoca la playa sobre el desnudo femenino. En circunstancias normales, un escote, un tanga que asoma furtivo, unas caderas bien definidas por un pantalón ajustado provocan en mi falo erecciones y erupciones volcánicas. Pero es llegar a la playa, verme rodeado de hembras desvergonzadas que airean sus vergüenzas y encontrarlo todo completamente natural, mirar una teta como quien mira a un niño correr detrás de un balón o al vecino de la sombrilla de al lado pelando una naranja.
Adiós a las playas, a esas mujeres en carne viva, con sus tetas al viento y sus pezones erizados,con tanto cuerpo que se muestra y me desarma, me deja frío y me priva del erotismo de la piel desnuda. La playa me amaricona, me roba los estímulos, me "acostumbra" a lo mejor de esta vida hasta vulgarizarlo, convierte a una belleza en tanga en un elemento más del paisaje, que uno mira entretenido pero sin deseo. No, la playa no es para mí, es una castradora implacable, luminosa y traidora. :_S