EL MALTRATO Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO
La igualdad es el derecho a un mismo trato y de oportunidades en el acceso, ejercicio y control de derechos, poder, recursos y beneficios, sean cuales sean las características individuales.
Ni todas las mujeres son idénticas, ni todos los hombres tampoco. La diversidad es consustancial a la vida. Hablar de igualdad supone respetar la diferencia de mujeres y hombres teniendo en cuenta la diversidad, tanto de unos como de otras, a la vez que corregir la tendencia actual de imposición y generalización del modelo masculino. Se trata, en suma, de que mujeres y hombres sean iguales en la diferencia.
La clave del problema está en cómo se supone que deben ser los modelos masculinos y femeninos en la sociedad, porque los que se muestran y reproducen en la nuestra están muy desfasados y son discriminatorios.
El problema es que mucha gente todavía los considera válidos y por tanto esas ideas tan tradicionales y negativas de la femineidad y la masculinidad se perpetúan en el tiempo.
Como vemos, es nuestro modelo social el máximo legitimador de la violencia de género. Tenemos que ser capaces de cuestionarnos qué tipo de sociedad creamos que genera maltratadores, qué sociedad genera esta patología del vínculo amoroso.
La Violencia de Género – Antes y Ahora
La violencia de género ha existido a lo largo de la civilización en las diversas culturas; razón por la cual algunos de los estereotipos han sido interiorizados y perpetuados por la sociedad a través de los siglos.
El acceso a la educación y a la información ha permitido a las mujeres el desarrollar una independencia de criterio que ha aumentado sus posibilidades de no tolerar el abuso, discriminación y marginación. De igual manera, el vivir en un mundo globalizado ha provocado gran movilidad de personas y consecuentemente de ideas, que han logrado que la sociedad tome conciencia de que la violencia de género existe y en dimensiones alarmantes a nivel mundial.
¿Cuáles son los factores que perpetúan la Violencia de Género?
Existen varios factores que perpetúan la violencia de género como lo son los factores culturales, económicos, legales y políticos.
Los factores culturales incluyen las definiciones culturales de los roles apropiados tanto para hombres como para mujeres y las expectativas del cumplimiento de los mismos dentro de las relaciones. Existe también una creencia de superioridad inherente de los hombres sobre las mujeres misma que les da valores y derechos de propiedad sobre las mujeres, así como la noción de la familia como una esfera privada y bajo el control masculino. Otro de los factores culturales es la aceptación de la violencia como un medio para resolver conflictos.
En el ámbito económico, los factores más importantes son la dependencia económica de las mujeres y el acceso limitado que tienen al ingreso familiar así como a la educación, formación y empleo.
Manifestaciones de la Violencia de Género
Usualmente la violencia de género se relaciona únicamente al maltrato o agresión físico o sexual pero la realidad es que la violencia ejercida sobre las mujeres se expresa de múltiples formas y en todos los ámbitos en donde se desenvuelva la mujer.
El maltrato físico se refiere al uso deliberado de la fuerza con la intención de generar una lesión física, daño o dolor.
El maltrato psicológico o violencia psicológica se refiere a los actos que atentan contra la identidad psíquica y emocional así como contra la dignidad de la persona. Este tipo de maltrato se manifiesta en tácticas de ejercicio de poder y control como lo son la vigilancia, los insultos, las humillaciones, las prohibiciones y las manipulaciones afectivas que tienen como consecuencia el aislamiento y la anulación de la autoestima de la mujer. El maltrato psicológico tiene como objetivo la desvalorización , el dominio, y el aislamiento y se encuentra en todos los casos de violencia de género.
El maltrato sexual incluye cualquier acto de intimidación sexual forzada por el agresor o no consentida por la víctima.
Existe también el maltrato o violencia económica que se refiere a disponer y administrar los recursos económicos sin consultar a la mujer e impidiéndole acceder a ellos.
¿Cuáles son las conductas que utiliza el agresor?
La violencia psicológica tiene como objetivo la desvalorización, el aislamiento y el abuso social, el control y el dominio y el chantaje emocional.
Las conductas de desvalorización incluyen el tratar a la mujer como inferior, criticarla sistemáticamente, no permitirle tomar decisiones, insultarla o criticar su apariencia, no tomar en cuenta sus opiniones, humillarla y elogiarla alternadamente hasta generarle confusión, entre otras. Los objetivos de la desvalorización son el hacer sentir a la mujer que, debido a su poco valor, es afortunada por estar en la relación así como también el crearle inseguridad y ansiedad ante cualquier planteamiento de abandono por parte de ella. Las consecuencias son la destrucción de la autoestima, la distorsión de su auto imagen y el sentirse poco valiosa.
El aislamiento y el abuso social tienen como objetivo el aislar a la mujer para poder ejercer un control sobre ella más eficaz. Las conductas más comunes son el lograr alejar a la mujer de su familia y amigos a través de tácticas indirectas tales como generar situaciones que le resulten incómodas cuando está con ellos e impedir la relación sobrecargándola de deberes en el hogar. Las consecuencias de este tipo de abuso son la incomunicación, el aislamiento, dependencia y la ruptura del apoyo social del entorno de la mujer.
Las conductas de control y dominio tienen como objetivo el imponer la autoridad del hombre en la relación y tienen como consecuencia la pérdida de libertad, el miedo y la falta de poder para tomar decisiones. Las conductas más comunes son las llamadas telefónicas constantes, el pretender conocer en todo momento dónde se encuentra la mujer y cada una de sus actividades; el manifestar celos y sospechas continuamente, el acusarla injustificadamente de coqueteos con otros y el exigir sometimiento y obediencia.
Las amenazas tienen como objetivo principal el impedir que la mujer cuente lo que pasa dentro de la relación así como el impedir que abandone la relación, sus principales consecuencias son el infundir el temor en la mujer y paralizarla a la hora de tomar decisiones.
Finalmente el chantaje emocional utiliza la lástima como técnica para manejar a la pareja imponiéndole la necesidad de hacerse cargo del otro por el sentimiento de culpa que genera este tipo de abuso. Las conductas más frecuentes son el amenazar con suicidarse si la mujer plantea terminar con la relación, infundir lástima e inducir sentimientos de pena hacia él con argumentos tales como dolencias, problemas en el trabajo, una infancia desdichada, etc.
¿Cómo empieza la Violencia de Género?
A este proceso se le conoce como ‘Escalada de Violencia’ que es paulatino y ascendente de etapas en las que la intensidad y la frecuencia de las agresiones se van incrementando a medida que pasa el tiempo. Comienza con agresiones psicológicas, subiendo a las verbales y finalmente a las físicas.
Este proceso comienza con conductas de abuso psicológico bajo la apariencia de actitudes de cuidado y protección, prácticamente imperceptibles por su apariencia amorosa, que van reduciendo la seguridad y confianza de la mujer en sí misma. Este tipo de conductas son restrictivas y controladoras que minan tanto la autonomía como el desenvolvimiento de la mujer con sus cercanos. Usualmente estas conductas suelen ser el inicio del maltrato y nunca son vinculadas a comportamientos violentos.
Dicha estructura progresiva de la evolución de la violencia provoca que la víctima se acostumbre a la violencia paulatinamente. Está demostrado que la exposición repetida a cualquier grado de violencia afecta y disminuye la conciencia crítica de percepción y rechazo de la misma, distorsionando el umbral de tolerancia y constituyendo una especie de anestésico ante la violencia.
A este proceso de normalización de umbrales altos de violencia se le denomina habituación, que impide a muchas mujeres detectar la violencia que están padeciendo.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Lamentablemente el factor de riesgo para las mujeres es simplemente el hecho de ser mujeres. La violencia de género se refleja en todas las edades y estratos sociales. No existe un perfil de mujer maltratada pero existen rasgos que comparten las mujeres que sufren este tipo de abusos como son una autoestima pendular, miedo, dependencia de la pareja, ansiedad, depresión, indeciLa violencia familiar se produce en todas las clases sociales y por tanto en todos los estamentos económicos, incluso en aquellos de alto nivel cultural. No obstante cuando se extraen datos de denuncias, encontramos principalmente mujeres de clases sociales desfavorecidas. Pero si hacemos el análisis de datos obtenidos en despachos de abogados privados, encontramos que muchas de las mujeres que acuden a separarse pertenecientes a clases sociales acomodadas, han sido objeto de malos tratos físicos y psíquicos.
Muchas mujeres retiran la denuncia antes del Juicio, casi siempre por miedo y bajo amenazas. Un factor que hay que tener también presente es la dificultad que tiene la víctima de probar los hechos, estos siempre se producen en la intimidad, sin testigos o con testigos que dependen del agresor por razones de parentesco. Tampoco le resulta fácil a la víctima llevar testigos de la agresión tales como vecinos, ya que normalmente no quieren ir. Por otra parte, los certificados de lesiones aportados no siempre tienen el poder probatorio de la existencia de la violencia familiar, ya que si bien certifican las lesiones, no acreditan quien las produce. En definitiva en la mayoría de los casos las mujeres que se animan a denunciar, tienen otra dificultad añadida: "la carga de la prueba siempre recae sobre la víctima siendo en la mayoría de los casos difícil de romper la tan argumentada presunción de inocencia del art. 24 de la Constitución Española".
El delito de la habitualidad en el maltrato fue introducido en nuestro código en la reforma del 95 y dice: "el que habitualmente ejerza violencia física sobre su cónyuge o persona a la que se halla ligado de forma estable por análoga relación de afectividad… será castigado con la pena de prisión de 6 meses a tres años". La Jurisprudencia exige 3 agresiones para que se considere la habitualidad y se requiere también la convivencia del agresor con la víctima. Dado que los mecanismos legales no actúan con rapidez, la mujer maltratada debe irse del domicilio familiar con sus hijos a una casa de un familiar, de una amiga, o a una casa de acogida, mientras el agresor queda en el domicilio.
La nula protección a la víctima hace que sobre ella recaiga el peso de coordinar los distintos procedimientos civiles y penales a los que debe acudir, meta difícil de obtener con los resortes legales existentes, desmotivación e irritabilidad entre otras.
Las víctimas del maltrato deben de entender las distintas fases del maltrato para no caer en la trampa del maltratador y poder encontrar una solución.
¿Cuándo empieza realmente el maltrato?
Muchas veces al ver las noticias sobre la violencia de género nos sorprendemos y nos preguntamos cómo es posible que se llegue a determinados extremos o por qué llegan a tolerar las mujeres un trato tan salvaje durante años.
La clave no está en los últimos años de la relación de pareja, sino en los primeros años. Antes de llegar a un maltrato fuerte o incluso peligroso, el maltratador suele empezar siempre con un maltrato psicológico sutil que mina la autoestima de la víctima y la anula convirtiéndola en una persona insegura, muchas veces sin apoyos externos, miedos y realmente bloqueada ante cualquier acción.
Signos de maltrato
Es necesario saber identificar todo lo que es maltrato ya que cogido a tiempo no da lugar a situaciones horribles de convivencia, ni desde luego a situaciones peligrosas. A nivel psicológico se considera maltrato.
· Insultos.
· Infravalorar a la persona o la opinión de la persona, especialmente si es en público.
· Faltas de respeto.
· Comentarios vejatorios contra el género femenino.
· El maltrato también incluye las críticas a la familia de origen de la persona, a los padres y hermanos.
· Control excesivo sobre todo lo que hace o deja de hacer, con quien habla y lo que hace en todo momento.
· Exigencia de exclusividad, es decir, no permitir que tenga amistades o relación con nadie más que no sean ellos, lo cual implica a la larga un aislamiento social.
· Comentarios negativos sobre el físico de la mujer, por ejemplo: “Estás muy gorda, así nadie te va a querer”, o “eres fea, no sé por qué me fijé en ti” también implican maltrato.
Maltrato psicológico para bajar su autoestima
Todo esto tiene un único objetivo como decíamos antes, que es minar la autoestima de la víctima, y de hecho así se consigue por lo que cuando se pasa a la parte física, no se sabe cómo reaccionar o incluso se es muy dependiente del otro personal o económica y socialmente.
Con la agresión física pasa igual que con el maltrato psicológico, no se suele pasar de un insulto a una paliza, sino que suele empezar siempre con pequeñas agresiones que no deben ser toleradas y deben ser tenidas en cuenta como alarma de lo que podría suceder con el tiempo y que son:
· Empujones.
· Zarandeos.
· Pellizcos dolorosos.
· Una bofetada.
· Golpear o lanzar algún objeto de forma violenta mirando a la persona, como queriendo indicar que “golpee la puerta por no darte a ti un puñetazo”.
· Tirones del pelo.
· Collejas
· Forzar o presionar para tener un acto sexual.
Son gestos de violencia que rara vez dejan marcas físicas, y que empiezan siendo puntuales pero que con el tiempo van a más y derivan en palizas. No hay que olvidar una cosa: que una vez que se ha saltado la barrera del respeto que una persona debe tener a otra, cualquier cosa puede ocurrir, ya no hay marcha atrás y con el tiempo el maltrato irá a más.
Proceso del maltrato
El maltrato suele ir envuelto de una trampa cíclica en la cual suele verse envuelta la víctima sin apenas darse cuenta, como una mosca atrapada por una araña.
El proceso del maltrato suele constar de cuatro fases, que son:
· Incubación y tensión: es cuando el maltratador parece que empieza a acumular tensión, no salta, pero se le nota tenso como que todo le molesta o está alterado, y no siempre tiene que ver con su pareja, puede ser por cualquier cosa, de mayor o menor importancia en cualquier otro aspecto de su vida que no sabe manejar.
· Explosión: es cuando finalmente esa tensión sale en forma de violencia del tipo que sea (según la fase en la que se encuentre), bien con insulto, si hablamos de maltrato físico, o de violencia física en el otro caso.
· Arrepentimiento: suele obtener consecuencias de sus actos, como que la víctima no esté tan afectiva, o esté algo bloqueada, o incluso que se plantee el dejarle, pero entonces recuperan esa forma de ser seductora y encantadora del principio de la relación. Juran que no volverá a pasar, que en el fondo han perdido el control porque quieren a la otra persona, y se inicia la siguiente fase del maltrato.
· Luna de miel: ahora el autor del maltrato intenta compensar todo lo que ha ocurrido y es detallista y cariñoso con la pareja. Logra durante una pequeña temporada que todo marche bien, hasta que algo sucede y se vuelve a la primera fase del proceso.
Esta es una trampa muy fuerte, porque está claro que como decíamos si se ha traspasado la frontera del respeto (el maltrato del tipo que sea) no hay marcha atrás y según va pasando el tiempo, las fases de arrepentimiento y luna de miel cada vez son más cortas e incluso llegan a desaparecer, dejando únicamente activas las dos primeras fases del maltrato y por lo tanto convirtiendo todo en una lucha diaria y un infierno para quien lo vive.
Como prevenir el maltrato
Detectar los signos de maltrato antes de que ocurran es lo que más puede protegernos de sufrir situaciones de este tipo, poniendo fin a la relación antes de que tenga lugar la segunda bofetada y no permitiendo caer en la trampa del arrepentimiento y la seducción cuando nuestra integridad está en juego.
Los abusadores tienen miedo. Cada vez es más fácil y seguro que los denuncien, ya sea en Internet, por teléfono o personalmente. Si has sido víctima de algún tipo de abuso, o conoces a alguien que padece este problema, aunque sea un familiar cercano, no lo pienses dos veces: ¡Denúncialo!
En todos los países hay entidades que ayudan a las mujeres que están sufriendo mal trato, denuncie si usted está siendo maltratada, no tenga miedo, su vida puede estar corriendo peligro, no se calle, denuncie.
Os deseo una noche de mucha fantasía....!!!