Si las reivindican tantos grupos sociales, por algo será.
Donde hay pelo hay alegría, reza el dicho popular. Y aunque no siempre haya que hacerle caso a los dichos populares (por ejemplo, no criéis cuervos, no porque os saquen los ojos, sino porque ¿para qué quieres cuervos? No sirven para nada y si quieres uno lo coges, que están por ahí volando) hay otras ocasiones en las que tienen más razón que un santo.
No es la primera vez que os intentamos inculcar la cultura del vello sin embargo nunca habíamos hablado de un tema de vital importancia en la imagen masculina: las patillas. Y es que las patillas no son un tema de risa (excepto si nos estamos refiriendo a las extremidades inferiores de un bombero torero, caso en el cual sí se os permite reíros) y si eres de esos que cuando el peluquero dice “¿Cómo te hago las patillas?” responde “Como quieras, me da igual” deberías empezar a replantearte unas cuantas cosas. Porque las patillas molan.
LAS PATILLAS SON UNA MODA INCLUSIVA
Al contrario que otras tendencias como los pantalones pitillo o los patos de porcelana en la cabeza (¿cómo? ¿qué aquello no fue una tendencia? No vuelvo a comprar las revistas de moda en el chino) las patillas son aptas para todo tipo de público. Desde hipsters hasta pijos con cortijo, pasando por macarras con Makinavaja como modelo a seguir. Las patillas, como el uniforme en los colegios, nos unen a todos bajo un elemento común.
LAS FOLCLÓRICAS LAS TIENEN
Si hay algo de lo que nos debamos sentir orgullosos en nuestro país, es de nuestros deportistas, de nuestra capacidad para ponerle un palo a todo y llamarlo invento, y de las folclóricas. Durante años, las coplistas y las tonadilleras de España han sido las abanderadas de la tendencia de las patillas y es nuestra obligación nacional seguir su ejemplo.
PUEDES LLEVARLAS AUNQUE SEAS CALVO
Como os decía al comenzar, aquí defendemos el vello en general, pero somos conscientes de que es imposible luchar contra la genética por mucho empeño que le pongamos. Por eso las patillas son la última esperanza de los calvos. Es como querer tener un descapotable y tener que conformarte con un monopatín. Vale que no es lo mismo, pero ¡EH! te lleva a los sitios.
EL DRAMA DE RECORTARSE LAS PATILLAS
Si aun con todas las razones aquí reunidas crees que debes prescindir de las patillas, quizá debas pensar una cosa: recortarte las patillas al mismo nivel es casi tan imposible como conseguir que te den de baja una línea de móvil. Lo más probable es que empieces a intentar igualarlas y acabes depilándote la espalda. Y recuerda, la depilación no es una opción.
La importancia de llevar patillas
Y tú, que eres hombre, ¿tienes "patillas" o lo tuyo es andar con los cojoncillos...??