EROTICIDADES Y ESAS COSAS (Relatos eróticos publicación)

Amor, amistad, matrimonio, y todo tipo de relaciones personales. CONSEJOS Y TRUCOS

Moderador: CHINA

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Miss Cougar » 23 Ene 2012, 20:02

EL BIDE Y MI SANTA MADRE e188



Pocos dias antes de Navidad se me estropeo el grifo del bide del baño, inundando todo el lavabo. Cerre la llave de paso y procure olvidarme ya que en esas fechas dificilmente encontraria un fontanero para repararlo. De todos modos, yo no usaba demasiado el bide, suelo ducharme y salir pitando de casa o darme un buen baño cuando tengo tiempo o simplemente me apetece. Pero el bide casi es un elemento decorativo, mas que otra cosa.

Hable con mi madre por telefono y le comente lo de la averia. Ella me dijo que me regalaria una griferia para el bide, maravillosa y extraordinaria (segun sus palabras), con regulador de temperatura y chorro direccionable. Le dije que no. Insistió, e insistio, dijo que seria mi regalo de Navidad. Y me senti impotente para seguir discutiendo con ella. “El viernes por la tarde, a las cinco, ira Julio, un fontanero que conozco, y te pondra la nueva griferia”, y asi se despidio.

El viernes me surgio un problema e iba a estar mas tiempo en la oficina, asi es que le deje las llaves de mi piso a una vecina para que abriese la puerta al fontanero y controlase un poco.

Por la noche, cuando volvi, vi que el nuevo grifo estaba puesto y que todo estaba como lo deje. Me duche y me fui a dormir; al otro dia lo probaria y llamaria a mi madre para darle las gracias.

No dormi bien y me desperte de madrugada. Fui a la cocina, me prepare un cafe y cuando fui al baño vi mi nuevo grifo de bide, que ya habia olvidado.

Me desnude por completo, me mire al espejo, observaba mis pechos, la carne de gallina y los pezones erectos, los acaricie… me resulto placentero.

Me sente en el bide, abierta de piernas, mirando hacia el grifo. Lo abri, empezo a caer agua; regule su temperatura hasta que fuese realmente agradable para esa parte tan sensible. Cogi unas gotas de jabon intimo y empece a enjabonarme, era una sensacion agradable…. Segui acariciandome, de arriba abajo, recorriendo todos los rincones de mi intimidad. Acabe introduciendo el dedo corazon en mi vagina y acariciando mi clitoris con mi pulgar. Alternaba los movimientos de introduccion con los de rotacion, y en algunos instantes, conseguia que fueran simultaneos.

Estaba a punto de correrme, alcanzando el placer con mi mano derecha y sujetandome con la izquierda a la tapa del bide, levantada contra la pared. En un acto casi instintivo, solte la tapa y con la mano izquierda dirigi el chorro de agua tibia, hacia la parte inferior de mi clitoris….asi quedaba mas zona servida y atendida.

El chorro de agua actuo como un detonante, y aprete y acelere el movimiento de mis dedos…. Todos, agua y dedos, me llevaron a correrme, moviendo mis caderas locamente, como si me estuviera follando literalmente al bide.

Fue una sensacion extremadamente placentera.

Mas tarde telefonee a mi madre para darle las gracias. Creo que al fin le encontre un buen uso al bide, a ese artilugio decorativo.

- Mama, gracias por el regalo. Es muy….practico.

- Tu eres tonta, hija!

- Como?

- Mi regalo de Navidad era Julio, el fontanero. Le hable de ti. Es muy buen chico, se que esta solo, se que le hubieras gustado….y tu vas y no estas cuando viene.

- En serio has hecho eso mama?

- Hija, que nos conocemos. Que el chorrito direccionable no va a satisfacer todas tus necesidades. Anda, anota el telefono y llamale, ponle cualquier excusa. Hazme caso y llamale.

- Mama…tu estas loca. Pero te quiero. Nos vemos pasado mañana para cenar –y colgué.

Por la tarde, volvi a usar el bide y su chorro. Esta vez me sente, abri el grifo y no utilice mis dedos. Simplemente, hacia variar la direccion del chorro, hacia arriba, hacia abajo, deteniendome instantes en el clitoris, volvia a redirigirlo arriba y abajo, y al final, aumente la presion de la salida del agua tanto como pude e hice que el chorro fuese directo a mi vagina.

No crei que solo el agua, sin necesidad de tocarme, volviese a provocarme aquellos espasmos de placer. Y entonces pense en las manos que habrian colocado aquella maravillosa griferia.

Me vesti, cogi el movil y llame al fontanero. Le dije que habia probado la griferia y que algo fallaba, que si podia venir a mirarlo. Aquella misma tarde.

Julio parecio pensarselo y me pregunto si habia probado el chorro direccionable. Le dije que si pero que queria explorar otras posibilidades. Crei que iba a colgarme.

Me dijo que vendria aquella misma tarde. e188

Imagen...y vino e104
Avatar de Usuario
Miss Cougar
USUARIO PARTICIPE
USUARIO PARTICIPE
 
Mensajes: 1868
Registrado: 09 Feb 2011, 00:00

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Monike » 07 Feb 2012, 23:44

He visto este hilo y me ha gustado mucho, he leído algunos relatos de Garota, Dita y de Miss, y son muy buenos.

Os dejo aquí un relato mío que es algo subidito de tono, además le puse mi nick a la protagonista :mrgreen: , contiene toques muy morbosos, sensuales, pero también mucha sexualidad; el tema que se requería para el relato era el de "la dominación", yo lo escribí un poquito más suavecito. Con él gané un concurso en otro foro, si os apetece leerlo ya sabeis, juzguen ustedes mismos... e1118



Título: Deseos ocultos de mujer..Imagen

Imagen


Mónica era una mujer hastiada de su vida conyugal, la rutina la ahogaba, era algo que mermaba su sensualidad y feminidad, necesitaba expresarse de forma sugerente, sentirse mujer, deseada, amada con pasión, con locura turbadora, necesitaba que esa mujer que habitaba en su interior emanara en todo su esplendor.

Su marido ya no la observaba con ojos lujuriosos, no deseaba su cuerpo desnudo, no moría por penetrarla en lo más hondo y sentir sus fluidos al unísono, algo se había apagado, ya no eran aquellos amantes ávidos de placeres ocultos que cada día experimentaban juntos.

Una mañana Mónica salió de su obnubilación sexual, al levantarse sintió que el tiempo se había detenido en se mismo instante y que había adquirido un inquietante poder, que la impulsaba a convertirse en la Geisha que todo hombre había deseado alguna vez.

Se vistió de forma sensual, con toques de atrayente y maravillosa sexualidad que exhalaba por todos los poros de su piel. Su marido aún dormido en el lecho, era el objetivo de aquella mujer poderosa, decidida a expresar todo lo que en su interior estaba sintiendo. Había sido poseída por el espíritu de la lujuria ,la pasíón y de aquellos sinuosos y latentes deseos que en su mente poseía guardados bajo enormes cadenas; aquella mujer clamaba por salir, y sin demora supo que aquel perverso juego había comenzado.

Su cuerpo se encontraba deliciosamente vestido por un suave vestido rojo de seda oriental, con aberturas a la altura de sus piernas, dejando entrever sus espléndidos y tersos muslos ,que guardaban un delicioso tesoro ardiente en su interior. Entonces se acercó a aquel hombre que dormía plácidamente sobre la cama, su marido, su esclavo sexual, su varón, aquel ser masculino que poseía la clave de su deseo sexual más complaciente.

Mientras se acercaba a él, iba acariciándole delicádamente por todo su cuerpo, le rozaba con sus largas uñas, provocándole escalofríos aún cuando su mente dormía, poco a poco, él iba despertando, sorprendido por aquella extraña sensación que sentía como si de un sueño se tratara, pero no, era la candente realidad, allí estaba ella, su mujer, atractiva, hermosa, convertida en una complaciente oriental, con el cabello entrelazado por esos detalles asiáticos que hacen a una mujer tremendamente deseable, y con enormes impulsos de ser poseída, se veía en sus ojos que aquel hombre no iba a escapar ,aunque lo intentara.

Mónica se desabrochó aquellos graciosos botones que poseía su vestido, para ofrecer la visión voluptuosa de sus senos, se acercó a él, no vestía ropa interior, le rozó por todo su cuerpo con su sexo, subiendo por sus muslos, ofreciéndole aquel espectáculo a él, que miraba con impaciencia, visiblemente excitado aunque acabara de despertar, en su pantalón se podía divisar aquella hermosura, su miembro viril en total erección, expectante, demandando atenciones, aunque ella le tenía preparado un sufrimiento realmente complaciente.

Imagen

Se acercó más a él y abrió sus piernas, su sexo se vislumbraba en todo su esplendor, húmedo, brillante y comenzó a masturbarse ante sus ojos, introduciendo los dedos en su vulva, acariciando enérgicamente el clítoris, dejando salir todo aquel deseo contenido durante tanto tiempo; mientras, le observaba con los ojos y la boca entreabiertos, pasando la lengua sobre sus labios e induciéndole a querer poseerla con más intensidad, con fuerza. Él se incorporó, quiso tomarla, abrazarla, y ella le detuvo, le empujó y le dijo de forma imperante -Cómemelo , él obedeció sin demora, comenzó a lamer, chupar con sabiduría, a embebecerse de aquel coñito, caliente, emanando fluidos que le encataba sentir y saborear, hasta que sintió el orgasmo de ella en su boca, ella gritó de placer, sentía convulsiones fuertes que le incitaban a seguir comiéndole tan delicioso manjar, no quería detenerse, pero ella dominante, poderosa, le obligó a levantarse, le azotaba con un látigo que poseía y le espetaba con fiereza que la penetrara por detrás.

Él, con inquietante obedencia, siguió con aquel juego, la penetró con fuerza por detrás, mientras ella gritaba, jadeaba y le obligaba a azotarla en los glúteos -no pares, fóllame, traspásame con perverso dolor, uhmmm siii, así esclavo...- . Él se sentía extraño, nunca había visto a su mujer en tales tesituras sexuales, pero le gustaba, sentía que estaba follando con una extraña que le ofrecía su sexo deseoso, pero a la vez la conocía muy bien y eso le hacía sentirse sumisamente experimentado ante ella.

Otro orgasmo acontenció en las entrañas de ella, él mordía con ardor aquel culo carnoso , palpaba sus duros senos, pellizcaba sus pezones, estaba poseyéndola sin control y quería alcanzar su orgasmo, pero ella repentinamente se separó y le miró con complicidad autoritaria y le dijo -todavía no ha llegado tu turno, tu polla me suplicará a gritos que me la coma ,pero antes, suplicarás por tu placer esclavo- y le obligó a tumbarse boca arriba, se puso sobre él a horcajadas, montándole cual yegua dominante, su sexo aún palpitaba del orgasmo acontencido, cogió una daga y recorrió con ella todo su sudoroso cuerpo, él la miraba con una mezcla de temor, y deseos, estaba muy cachondo y ella le tenía atrapado en una encrujizada de deseo contenido, sin poder moverse, expectante y excitado sentía miedo por aquella sorpresiva acción.

Ella seguía deslizando el suave y frío filo del puñal sobre la piel de él, llegando a su cuello, pasando la afilada punta por su yugular, mirándole como si fuera a cometer algo malvado, él no sabía como reaccionar, no podía pensar, su polla erecta le pedía penetrarla, terminar con aquel sufrimiento morboso, entonces ella se desprendió de la daga, tirándola al suelo y agarró con firmeza el pene, se lo metió en la boca, lo saboreó, mirándole con extenuante lujuria, mientras él no podía aguantar más, y ella lo sentía, volvió a parar, él estaba jadeando, gritando de placer, creía que iba a estallar, era una locura, no podía sufrir más esa sensación de sumisión...

Imagen

Pero entonces ella, tomo su polla con la mano y se la introdujo con decisión en su coñito y comenzó a cabalgarle, cambiando de ritmo a su antojo, ella ejercía su particular estratégia de placer para que él sintiera pero no se corriera, hasta que salió de él y le ordenó -Correte en mi boca, báñame con tu leche, con tu esencia...- mientras ella con sus manos le hizo alcanzar el cielo del clímax más sublime y derramó todo su semen sobre la boca de ella, sobre su cara, y ella se relamía de gusto, se acariciaba con aquél fluído caliente, extendiéndolo por su rostro, suspirando y gimiendo por saborear la esencia de su varón.

Imagen

Aún respirando con gemidos y suspiros entrecortados y sudorosos, se extendieron juntos en la cama, se abrazaron, se besaron con ternura y se prometieron que la vida cambiaría a partir de aquel instante. Él sabía que ella ya nunca sería la misma, porque la mujer que llevaba dentro, había renacido ante sus ojos sumidos en lágrimas que se deslizaban silenciosamente por su rostro...

Imagen

Última edición por Monike el 01 Jun 2012, 21:27, editado 1 vez en total
ImagenImagenImagen

Cuando no te apetece nada, necesitas más... -Oscar Wilde
Avatar de Usuario
Monike
USUARIO EXPERTO
USUARIO EXPERTO
 
Mensajes: 4560
Registrado: 10 Ene 2012, 15:40
Ubicación: En algún lugar entre tu mirada y la mía...
Título forístico:: Lady in red

Pura Vida

Notapor Mireia » 09 Feb 2012, 13:45

Hace muuuuuucho tiempo, abrí en otro foro un hilo que se llamaba así. En el fui dejando algún que otro relato erótico que guardo en la memoria de mi viejo ordenador. No se si podrá considerarse que recién aterrizada aquí, abra un hilo y además de relatos, y además eróticos... He estado leyendo por aquí y me apetece dejar también mi aportación. Con su permiso.
Avatar de Usuario
Mireia
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 3
Registrado: 09 Feb 2012, 01:59

Re: Pura Vida

Notapor Mireia » 09 Feb 2012, 13:48

Imagen

[align=justify]Me miro en el espejo del ascensor. Y me gusto. Pero quiero gustarte a ti.

Un vestido negro muy Jackie, los pendientes de perlas que heredé de la abuela y los Manolos que me compré este verano en Nueva York. Nada más. Y cuando digo nada más es nada más.

Me gusta sentir el contacto de la seda sobre mi piel, así que he decidido no ponerme ropa interior. Afortunadamente mis pechos todavía se mantienen firmes y erguidos, y el tanga sería una molestia para el encuentro apresurado y presuroso que voy a buscar. Suele enredarse en los tacones y ya sabes que no me gusta follar descalza.

El tiempo pasa lentamente y no encuentro el momento. No has dejado de mirarme ni un instante. Siento tus ojos clavados en mi nuca, a pesar de que ella muy sabiamente me ha colocado de espaldas a la mesa presidencial. Lo se porque reconozco el calor de tus ojos, el deseo de tu mirada resbalando sobre mi cuerpo.

Me he levantado a felicitaros aprovechando que muchos invitados han decidido lo mismo. Te beso levemente las mejillas y te susurro el lugar donde te espero. Es el único con cerrojo en este local hortera y grandilocuente que has elegido para celebrar mi muerte.

Te estoy esperando amor. Y no vienes. Por mi cabeza pasan mil reproches y te detesto.
Pero la puerta se abre y te veo con tu traje de pingüino que aún conserva la mácula del almidón de arroz en la solapa. Estás tan ridículo…

Me besas con furia sin decir nada y yo como siempre me entrego a ti. Me abandono, me dejo, me pierdo entre tu saliva y tu boca se vuelve un pozo profundo en el que quiero hundirme para siempre.

Me levantas el vestido y sin preámbulos me comes entera. Siento tu lengua recorrerme con prisa, sin detenerte en mi ombligo ni en la curva estrepitosa de mi cintura. Todo es silencio. El miedo a que nos descubran me excita aún más. Y fantaseo con la idea de que sea ella la que entre para retocarse el maquillaje, acompañada de alguna buena amiga que le sujete la cola de sirena que se ha puesto para la ocasión. Que ya se sabe que los baños de estos sitios a estas horas ya están perdidos y sería una pena que se estropease esa obra maestra que la Clará ha diseñado para ella en exclusiva.

Silencio. Sólo mis jadeos contenidos y tu respiración agitada. Sigues devorándome y yo sigo inmóvil sobre mis tacones, dejándome hacer con los ojos cerrados.

Quiero devolverte las caricias pero me sujetas las manos con fuerza.

Te sientas en la taza del báter y me susurras que la tapa está fría mientras me agarras por la cadera y en un movimiento perfecto y preciso te metes dentro de mí sin miramientos. Me duelen tus manos clavándose en mi culo mientras me muevo sobre ti. Primero muy despacio, lentamente arriba y abajo disfrutando del roce de la carne caliente que se funde con mi humedad. Después acelero el ritmo, se que no tenemos mucho tiempo.

Subo y bajo sobre tí, me deslizo, me clavo, salgo y entro, cambio la frecuencia de mis embestidas y me aferro a tu pelo engominado como si fuese una tabla de salvación.

Te siento estallar y te tapo la boca con las manos, me muerdes los dedos. Me haces daño. Sigo moviéndome sobre ti, buscando desesperadamente el temblor que no llega. Que ya no llegará… No pasa nada. Era previsible.

Mientras te abrochas el cinturón, me vuelvas a besar y con ambas manos me tomas la cara.

.- Te quiero, solo a ti, no lo olvides. Y te voy a querer SIEMPRE.

Te vas con un beso tenue y sales con sigilo del baño de señoras. Siempre puedes decir que te has equivocado. Hoy tú eres el rey de la fiesta y todo lo que hagas se te disculpará con una sonrisa benevolente.

Me miro en el espejo. Las lágrimas han hecho del rimel una papilla negra y viscosa que me convierte en un grotesco arlequín. Me desprendo de los Manolos y me dejo resbalar por las baldosas hasta caer sentada en el suelo. No me gusta follar descalza, pero no soporto los zapatos cuando lloro. Las piernas juntas y la cabeza escondida entre mis rodillas. Me abandono al desconsuelo. Porque sé que la palabra SIEMPRE no existe. Porque se que dentro de unas horas estarás dentro de otra y que probablemente le susurres que la quieres sólo a ella. Y lo que es peor, probablemente decidas que la quieres sólo a ella.

La suegra perfecta entra en ese mismo instante y compungida me pregunta que qué me pasa…

.- Nada señora, gracias. Me temo que he bebido demasiado. Se me pasará.

Y detrás de la puerta, oigo los acordes de la música y necesito vomitar la tristeza. Esa orquesta horrorosa que has contratado para poner banda sonora a mi entierro la emprende con Paquito el Chocolatero…
[/align]
Avatar de Usuario
Mireia
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 3
Registrado: 09 Feb 2012, 01:59

Las mil y una noches

Notapor Sherezade_X » 27 May 2012, 00:45

Pasear por la ciudad por la mañana era un auténtico placer para ella, ese rato de desconexión, fumarse un cigarro con tranquilidad tras un café, divagar con la mirada perdida por los edificios, las tiendas, el bullicio de ires y venires tan apresurados como solían ser los suyos propios eran un momento de profunda calma en el torbellino de sus días.

El se acercó de frente, necesitaba fuego para su cigarro, ensimismada en su propio mundo, como estaba, casi se sobresaltó.

Le ofreció el mechero y aprovechó para echarle un vistazo, era imposible no fijarse en él. Un hombre alto, con un corte de pelo un tanto yupi, bronceado que destacaba su camisa azul pálido a rayas, corbata azul oscuro y vaqueros un tanto desgastados. Sus ojos se encontraron un momento tras un lánguido gracias y ambos siguieron su camino.

Dos días mas tarde, sorprendentemente, entró por la puerta de su despacho acompañado del Director. Su sola presencia llenó la estancia.

Les presentaron como futuros compañeros de trabajo… a distancia.

Los días comenzaron a pasar con aquella nueva experiencia de compartir el trabajo con otra persona, fue una difícil adaptación. Las conversaciones telefónicas diarias obligadas, los puntos de vista contrapuestos, la guerra de voluntades a la hora de tomar decisiones, las reuniones semanales de viernes a última hora que la sacaban un tanto de quicio deseando, como estaba, escapar…..

Poco a poco aquella lucha de voluntades e intereses se fue transformando en un compañerismo cómplice, las peleas dialécticas se transformaron en bromas, en risas cascabelinas, en colaboración. Se dio cuenta de que esperaba aquella llamada diaria, que su corazón latía mas fuerte cuando en el display de su teléfono aparecía su número.

Las reuniones de los viernes a última hora se convirtieron en un momento deseado, verle pasear por su despacho, poder observarle a placer discretamente, valorar cómo le sentaba el traje de turno, o si la corbata le pegaba más o menos con la camisa elegida. Sentirle de pie, tras ella, inclinándose suavemente para hacer algún comentario sobre el trabajo visible en pantalla y sentir su aliento cálido cerca de su piel…… o aquel roce de las manos involuntario, al pasarse algún papel……

Comenzó a pensar en él como su “viejo diablo”.

La primera cena de negocios ya no fue tensa, por azar, o por elección voluntaria no explícita, ni consciente, se sentaron juntos, haciéndose mil confidencias, bromeando, o llevando al unísono la conversación con los clientes hacia el terreno deseado.

Las copas de sobremesa en los lugares de moda, entreteniendo a los clientes, hasta dejarles en su hotel, y tomarse la última solos valorando cómo había ido la reunión de turno.

Empezó a descubrir que pensaba en él por las noches cuando, entre los múltiples pensamientos que la mantenían en una vigilia improvisada y no deseada, acudía a su recuerdo la fragancia de su perfume, el comentario gracioso que rompía la tensión, y el sonido de su risa.

El primer viaje de negocios juntos tampoco supuso ya una obligación desagradable, teniendo en cuenta que a ambos les suponía robar tiempo a su privacidad.

Se encontraron en el aeropuerto de Barajas e hicieron el resto del recorrido juntos planificando el trabajo que había por delante.

El lugar de destino era idílico y exótico, el clima agradable, y el hotel un pequeño lugar encantador con vistas al mar.

Los momentos de trabajo tan tensos como esperado, y las horas libres para recorrer la pequeña ciudad, perderse por sus callejuelas y buscar recuerdos exóticos del lugar en las pequeñas tiendas de las calles estrechas y blancamente diseñadas para mitigar el calor, dejar la tensión atrás haciendo comentarios sobre los objetos a adquirir, o la ropa a probarse buscando la aprobación del otro con la mirada.

La noche trajo consigo una cena íntima en un comedor poco poblado, casi todo lleno de hombres de negocios, en las pocas mesas ocupadas, y algún amante perdido que se hacía confidencias entrelazando las manos sobre la mesa, o escondidas bajo el mantel.

La hora de la despedida nocturna se acercaba, la acompañó a su habitación y la dejó en la puerta deseándole un buenas noches cortés.

Sin embargo, 20 minutos mas tarde un suave toc-toc sonó en la puerta acompañado de un “soy yo”.

Solo llevaba puesto un albornoz y el olor a sales de baño impregnaba la habitación, pero no había tiempo para cambiarse dado que seguro era algún tema importante, que no podía esperar hasta el día siguiente.

Abrió la puerta y le permitió el paso, aún goteando agua de su pelo empapado y dejando un rastro en el suelo con sus pies mojados.

Cuando la puerta se cerró no hubo palabras, sólo un choque de labios deseados, un extraño encontrarse con otros dientes violentamente, el sabor agradable de una boca imaginada y el explorar de una lengua apasionada.

El albornoz cayó al suelo deslizándose silenciosamente, y un mundo de abrazos y caricias comenzó a forjarse desde el silencio tan solo roto por suaves gemidos…..

continuará....
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Sherezade_X » 27 May 2012, 22:08

Sus labios se deslizaron por su cuello al tiempo que sus manos buscaban sus pechos con avidez, sintió sus pezones erectos y desafiantes bajo sus manos, al tiempo que un escalofrío la recorría y arqueaba su cuerpo hacia atrás para ofrecerlo sin reservas.

Su lengua bajó juguetona recorriendo su pecho en formas asimétricas, hasta llegar a sus pezones, que comenzó a lamer suavemente haciéndola exhalar un gemido incontrolado.

Se sintió suavemente empujada hacia la cama y se encontró tendida sobre ella al tiempo que su cabeza descendía por su vientre y se hundía entre sus piernas, jugando con sus ingles, sintiendo el calor de su respiración íntimamente.

Separó sus labios y comenzó a jugar con su lengua en un suave recorrido desde la vagina hasta el clítoris, que empezó a succionar suavemente al tiempo que su lengua describía círculos sobre él, mientras sus dedos buscaban la humedad de su interior.

No pudo más, cogió su cabeza para apartarle y mirarle a los ojos, y se oyó decir a sí misma “te deseo, te deseo, te deseo dentro de mí”.

Le vio despojarse de la ropa con torpeza, casi tropezándose con sus propios pantalones, y volvió a tumbarse sobre ella para penetrarla en una embestida casi violenta, para quedarse luego quieto un momento y mirarla a los ojos susurrando “he deseado este momento casi desde la primera vez que te ví”. Y volver a comenzar en suave movimiento, acariciando las paredes de su interior con su miembro, sellando sus labios con los propios, llevándola al paroxismo en cada envite, y sujetar sus manos entrelazándolas al sentirla vibrar con el orgasmo, para después acompañarla en una sinfonía de gemidos incontrolada, incontrolable, derramándose dentro de su cuerpo, apoyando la cabeza en su cuello, gimiendo en su oído.

Se quedaron un momento así, aún unidos, empapados en sudor, recuperando el aliento lentamente, para después separarse y abrazarse en silencio durante unos minutos.

Ella se oyó decir con la voz en un suspiro “¿qué hemos hecho?”, para ver sus labios sellados con un dedo y en medio de un siseo de su masculina voz enronquecida contestar “nada que no deseáramos desde hace tiempo”.

Se quedaron dormidos así, abrazados y en silencio.

Algo la despertó en mitad de la noche, no supo qué, miró a su alrededor y le vio apoyado sobre su brazo, en la almohada, la miraba fijamente.

- ¿Qué me miras?
- Murmurabas en sueños
- ¿Y qué decía?
- No se entendía pero parecía dulce

Y sintió nuevamente su virilidad pegada contra su cuerpo, y sus labios nuevamente sellados con los de él con avidez.

Esta vez no le dejó hacerla sentir como una pequeña muñeca entre sus brazos, como un instrumento de cuerda perfectamente afinado por su instrumentista. Devoró su cuerpo, haciendo desaparecer su pene entre sus labios profundamente hasta arrancarle un gemido y ser él quien suplicase, practicando un Kamasutra inventado sobre la marcha, hasta quedar extenuados y, esta vez, dejar que las luces del alba les despertasen.

Aún les quedaban 24 horas más en aquel lugar paradisiaco, mitad trabajo y, ahora, mitad placer; abordando el trabajo con un nerviosismo distinto, lanzando miradas incrédulas y observando perfiles no descubiertos hasta entonces, con la piel erizada recordando la noche.

Para después ponerse de acuerdo inconscientemente en vestirse de blanco y recorrer nuevamente la ciudad, los pequeños restaurantes en busca de la agradable comida local más apetecible, o pasear por la playa entrelazados por la cintura, correr por ella para terminar rebozados en arena, o bañarse desnudos en las tranquilas y cálidas aguas, en un atardecer demasiado corto.

Al día siguiente les esperaba el viaje de regreso a sus vidas, despedirse nuevamente en el aeropuerto de Barajas, y seguir sus caminos para volver a comenzar la vida rutinaria.

Esta vez…. con una nueva ilusión cada vez que el display de un teléfono se iluminase con ese número conocido que les hiciese recordar 48 horas de pasión desenfrenada……
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Sherezade_X » 29 May 2012, 22:23

El admirador secreto

Hacía ya un tiempo que se había roto su relación de pareja, no miraba atrás con añoranza, ni tan siquiera echaba de menos a aquel hombre con el que había recorrido un trayecto de su vida. Pero sí echaba de menos la compañía de alguien del género opuesto, la intimidad, poder hablar con alguien con más profundidad y, por supuesto, el sexo compartido.

Sus amigas cumplían un papel bastante justo para un rato, pero no era lo mismo, a pesar de las salidas y excursiones, el ambiente nocturno, en el que a veces conseguía conectar un rato con algún hombre a modo de charla, unas risas temporales, lo cierto es que tampoco servía como trampolín para encontrar a nadie adecuado, ni tan siquiera para una aventura nocturna pasajera.

Se sentía un tanto incompleta. En la curva final de los 30 era una mujer atractiva, en poco menos de un año cambiaría la decena y se empezaba a replantear la necesidad de compañía masculina estable que la hiciese afrontar las incipientes arruguitas gestuales de los labios y los ojos de otra manera.

Sus días se habían vuelto excesivamente rutinarios, de la farmacia a casa, ocasionalmente visitar a sus padres, gym dos veces por semana, y las salidas con las amigas de tanto en tanto. Era una vida gris….. que si bien le permitía gozar de la libertad de no tener que dar explicaciones a nadie, ni sentirse atada, también la sumía un tanto en la soledad de su casa al regresar cada noche.

Aquella mañana no estaba siendo demasiado ajetreada, lo normal era el constante entrar y salir de personas de la tercera edad, madres con bebés y, con menos frecuencia, otro tipo de personas que entraban a comprar medicamentos u otros artículos de salud o belleza. La farmacia no estaba situada en un lugar estratégico de gran tránsito, ni cerca de ningún ambulatorio, lo cual hacía que no fuese necesario tener empleados, ni trabajar horarios intempestivos para sacar un dinero más que razonable que le permitía llevar una vida cómoda.

Vio el coche de una floristería aparcar malamente sobre la acera, junto a la puerta, y al conductor bajarse y sacar de él un precioso ramo de rosas rojas, sonrió para sí pensando en quién sería la afortunada destinataria.

Para su sorpresa, el florista entró en la farmacia y preguntó por ella, por su nombre de pila, su cara sólo pudo abrir los ojos de par en par y su boca decir que era ella, incrédulamente. El florista depositó el ramo sobre el mostrador extendiéndole el recibí a firmar y se marchó.

Buscó una nota pegada al ramo, pero no había nada, ¿de quién sería?, ¿se habrían equivocado?..... todo un misterio. Sin embargo, no pudo evitar sentirse halagada en extremo (incluso aunque fuese un error), e hizo que sus pensamientos saltasen de tanto en tanto en la curiosidad de si alguna amiga se lo había enviado por alguna razón especial, o es que tenía algún admirador que había olvidado incluir una nota, o no deseaba darse a conocer. De su ex era imposible, las cosas no habían terminado mal, pero tampoco había razones para un detalle así.

Las flores se marchitaron con los días y la curiosidad fue mermando, más después de preguntar a sus amigas y, sibilinamente, a su ex; nadie parecía saber nada, ni tener la menor pista. Con toda probabilidad, fue un error.

Continuó su vida de trabajo, gym, y hogar, saliendo el fin de semana a tomarse una copa en el lugar habitual, en el que ya la conocían y era fácil estar acompañada, aunque sus amigas no estuvieran.

El siguiente ramo llegó dos semanas después, nuevamente una docena de rosas rojas, sin tarjeta, sin pistas. Esta vez ya no había sido un error.

El teléfono de la farmacia sonó media hora después de recibir el ramo, cuando descolgó y dijo el habitual “farmacia Rodríguez, ¿qué desea?”, tan solo le contestó una grabación programada con voz de mujer: “ha recibido un mensaje del número 647…….” Para ser seguido de una voz átona, también enlatada, esta vez masculina “anoche estabas preciosa…..”.

Casi se le cayó el teléfono de las manos cuando el monótono sonido de comunicación cortada comenzó a sonar, intentó recordar el número de móvil desde el que había sido enviado el mensaje, pero se le habían escapado las dos últimas cifras.

Su curiosidad iba en aumento, ¿con quién se había encontrado la noche anterior?, ¿qué había ocurrido de especial?, si bien era cierto que había estado tomando una copa en el lugar habitual, nadie se había acercado a ella, era verdad que conocía algunas caras entre los clientes por ser todos ya habituales en sus horarios, que había mantenido una amena conversación con el camarero; pero ninguno de ellos tenía la menor información sobre ella, ni tan siquiera su nombre. Quedaban descartados los clientes de la farmacia, sólo era gente de tránsito que aparecía ocasionalmente y cuyos rostros recordaba escasamente.

Tenía que ser una broma de alguien pero, ¿una broma a base de ramos de rosas?.


Continuará….
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Sherezade_X » 31 May 2012, 22:31

El admirador secreto II

Spoiler: Show
Sherezade_X escribió:Hacía ya un tiempo que se había roto su relación de pareja, no miraba atrás con añoranza, ni tan siquiera echaba de menos a aquel hombre con el que había recorrido un trayecto de su vida. Pero sí echaba de menos la compañía de alguien del género opuesto, la intimidad, poder hablar con alguien con más profundidad y, por supuesto, el sexo compartido.

Sus amigas cumplían un papel bastante justo para un rato, pero no era lo mismo, a pesar de las salidas y excursiones, el ambiente nocturno, en el que a veces conseguía conectar un rato con algún hombre a modo de charla, unas risas temporales, lo cierto es que tampoco servía como trampolín para encontrar a nadie adecuado, ni tan siquiera para una aventura nocturna pasajera.

Se sentía un tanto incompleta. En la curva final de los 30 era una mujer atractiva, en poco menos de un año cambiaría la decena y se empezaba a replantear la necesidad de compañía masculina estable que la hiciese afrontar las incipientes arruguitas gestuales de los labios y los ojos de otra manera.

Sus días se habían vuelto excesivamente rutinarios, de la farmacia a casa, ocasionalmente visitar a sus padres, gym dos veces por semana, y las salidas con las amigas de tanto en tanto. Era una vida gris….. que si bien le permitía gozar de la libertad de no tener que dar explicaciones a nadie, ni sentirse atada, también la sumía un tanto en la soledad de su casa al regresar cada noche.

Aquella mañana no estaba siendo demasiado ajetreada, lo normal era el constante entrar y salir de personas de la tercera edad, madres con bebés y, con menos frecuencia, otro tipo de personas que entraban a comprar medicamentos u otros artículos de salud o belleza. La farmacia no estaba situada en un lugar estratégico de gran tránsito, ni cerca de ningún ambulatorio, lo cual hacía que no fuese necesario tener empleados, ni trabajar horarios intempestivos para sacar un dinero más que razonable que le permitía llevar una vida cómoda.

Vio el coche de una floristería aparcar malamente sobre la acera, junto a la puerta, y al conductor bajarse y sacar de él un precioso ramo de rosas rojas, sonrió para sí pensando en quién sería la afortunada destinataria.

Para su sorpresa, el florista entró en la farmacia y preguntó por ella, por su nombre de pila, su cara sólo pudo abrir los ojos de par en par y su boca decir que era ella, incrédulamente. El florista depositó el ramo sobre el mostrador extendiéndole el recibí a firmar y se marchó.

Buscó una nota pegada al ramo, pero no había nada, ¿de quién sería?, ¿se habrían equivocado?..... todo un misterio. Sin embargo, no pudo evitar sentirse halagada en extremo (incluso aunque fuese un error), e hizo que sus pensamientos saltasen de tanto en tanto en la curiosidad de si alguna amiga se lo había enviado por alguna razón especial, o es que tenía algún admirador que había olvidado incluir una nota, o no deseaba darse a conocer. De su ex era imposible, las cosas no habían terminado mal, pero tampoco había razones para un detalle así.

Las flores se marchitaron con los días y la curiosidad fue mermando, más después de preguntar a sus amigas y, sibilinamente, a su ex; nadie parecía saber nada, ni tener la menor pista. Con toda probabilidad, fue un error.

Continuó su vida de trabajo, gym, y hogar, saliendo el fin de semana a tomarse una copa en el lugar habitual, en el que ya la conocían y era fácil estar acompañada, aunque sus amigas no estuvieran.

El siguiente ramo llegó dos semanas después, nuevamente una docena de rosas rojas, sin tarjeta, sin pistas. Esta vez ya no había sido un error.

El teléfono de la farmacia sonó media hora después de recibir el ramo, cuando descolgó y dijo el habitual “farmacia Rodríguez, ¿qué desea?”, tan solo le contestó una grabación programada con voz de mujer: “ha recibido un mensaje del número 647…….” Para ser seguido de una voz átona, también enlatada, esta vez masculina “anoche estabas preciosa…..”.

Casi se le cayó el teléfono de las manos cuando el monótono sonido de comunicación cortada comenzó a sonar, intentó recordar el número de móvil desde el que había sido enviado el mensaje, pero se le habían escapado las dos últimas cifras.

Su curiosidad iba en aumento, ¿con quién se había encontrado la noche anterior?, ¿qué había ocurrido de especial?, si bien era cierto que había estado tomando una copa en el lugar habitual, nadie se había acercado a ella, era verdad que conocía algunas caras entre los clientes por ser todos ya habituales en sus horarios, que había mantenido una amena conversación con el camarero; pero ninguno de ellos tenía la menor información sobre ella, ni tan siquiera su nombre. Quedaban descartados los clientes de la farmacia, sólo era gente de tránsito que aparecía ocasionalmente y cuyos rostros recordaba escasamente.

Tenía que ser una broma de alguien pero, ¿una broma a base de ramos de rosas?.


Continuará….


El tercer ramo llegó acompañado de una escueta nota escrita a ordenador, escondida deliberadamente entre los tallos de las flores; con un simple “esta noche a las 10 en el pub tal”. No podía dar crédito, era alguien de aquel bar de copas que frecuentaba, el misterio estaba a punto de resolverse……

La curiosidad era mayor que el miedo a lo que pudiese encontrar, así que llego a casa, se cambió con rapidez y salió corriendo al local.

Cuando entró vio las caras habituales en sus horarios, nada fuera de lo común, estudió cada uno de los rostros masculinos, pero ninguno le decía nada especial, cada uno de ellos parecía ir tan a lo suyo como siempre. Esperó durante 1 hora, y nadie apareció.

Volvió a casa con una mezcla de decepción y alivio, y a medio camino…. el morbo, el morbo de saberse admirada por un desconocido, ¿desconocido?, que le daba la oportunidad de fantasear, de imaginar si era alguien que pudiera gustarle, aunque en ese momento no tuviese objetivos.

Llenó la bañera haciendo la suficiente espuma para que cubriese su cuerpo, se desnudó y miró al espejo, antes de meterse en ella, observando su cuerpo turgente, de pecho desafiante y pezones sonrosados que comenzaban a contraerse y erguirse con incipiente excitación, breve cintura y largas piernas; sí….. era una mujer atractiva.

Pasó un dedo recorriendo su cuerpo desde el mentón hasta el pubis, describiendo una línea recta sólo rota para dibujar el contorno de su pecho y pasar levemente por encima de sus ya desafiantes pezones. Observó su boca en el espejo, entreabierta en un mohín de lascivia, imaginando que era observada por aquel hombre en lugar de por sus propios ojos, y un escalofrío la recorrió.

Se metió en la bañera, rodeada de velas aromáticas, sintiendo la caricia de las burbujas y el agua tibia en su piel, echó su cabeza hacia atrás con un suspiro e imaginó que aquel hombre sin rostro, ni figura, pudiera acompañarla en aquel íntimo momento. Pasó su lengua por sus entreabiertos labios intentando sentir un beso imaginario y sus manos comenzaron a acariciar su cuerpo en las zonas más erógenas, masajeando su pecho, retorciendo levemente sus pezones, acariciando el trayecto desde su vientre hasta su pubis, sintiendo una aterciopelada caricia en la zona interna de sus muslos con la imagen de que otras manos no tan suaves y delicadas como las suyas fuesen las originarias de su gozo.

Exhalo un suave gemido al recorrer el escaso trayecto desde sus muslos a su entrepierna para llegar hasta su clítoris y comenzar a masajearlo, primero con suavidad y luego acelerando el ritmo.

Su creciente excitación le exigió salir de la bañera, secarse levemente e irse a la habitación contigua, su dormitorio, para coger el pequeño juguete que guardaba en el cajón de su mesilla, compañero de muchas noches solitarias.

Lo conectó y comenzó a acariciar nuevamente el trayecto de su cuerpo hasta su entrepierna, esta vez con una sensación excitantemente vibrante contra cada centímetro de su piel, para introducirlo en su vagina y comenzar su pequeño juego de autocomplacencia solitaria.

Allí, de rodillas sobre aquella cama, aferrada a los barrotes del cabecero con la mano libre, con las piernas entreabiertas, penetrándose con el vibrador, y el cabello cayendo desperdigado sobre sus hombros, descontrolado ya en sus vaivenes, se imaginó cabalgar sobre aquel hombre misterioso……

Mientras, al otro lado de la calle, en un edificio relativamente lejano, y desde una ventana sin luces, con unos prismáticos pegados a los ojos, un atractivo hombre de mediana edad se deleitaba con las escenas de lujuria solitaria…. y compartida.

Al día siguiente ella recibiría un nuevo ramo de rosas con otra escueta nota, escrita por ordenador, y que esta vez decía brevemente “¿fui yo anoche el dueño de tu fantasía?”.
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Sherezade_X » 02 Jun 2012, 22:33

Palacios de hielo

Pasaron varios meses antes de que pudieran volver a viajar juntos, aunque sí lo hacían por separado en trayectos no demasiado lejanos, y sin problemas complicados.

La vuelta al trabajo rutinario supuso un pequeño martirio, el trabajo estaba por encima de todo, los problemas a resolver hacían que cualquier tipo de relación quedase siempre en un segundo plano, que la lucha de voluntades por las decisiones siempre estuviese por encima de cualquier tipo de cariño.

En las conversaciones por teléfono tan sólo un breve “¿qué tal estás?, te echo de menos”, para pasar a tratar los temas del día; las reuniones de los viernes ahora se sucedían alternativamente en la ciudad de cada uno, en viajes de avión que comenzaban a las 6 de la mañana, para regresar a las 7 de la tarde, casi siempre acompañados, en oficinas que eran una constante vorágine en horas centrales, y un ir y venir de guardias fuera de ellas.

Las pocas ocasiones de estar juntos, solos, y fuera del ambiente laboral, se limitaban a un café de 10 minutos en una cafetería cercana, en la que mirar alrededor y robarse una caricia, o un beso, furtivamente. O ese apretar el botón del ascensor 7 pisos más arriba de su destino real para poder pegarse al cuerpo del otro a placer durante unos escasos minutos (cruzando los dedos para que nadie entrase durante el trayecto de subida, o bajada), o esos escasísimos momentos de no poder aguantar más y perderse en los baños estrechos situados en las escaleras de las oficinas, haciendo el amor incómodamente y con prisa, ahogando cada simple suspiro para no ser escuchados por nadie. Temiendo que alguien, al regresar a las reuniones, detectara en sus ropas, en sus labios, o en su mirada, un solo atisbo de la encubierta pasión.

Esta vez el destino era un país nórdico.

Volvieron a encontrarse en el aeropuerto de Barajas y, esta vez, corrieron a abrazarse y a dar rienda suelta a cada una de las caricias y besos contenidos durante meses, lejos ya de miradas inoportunas.



Estaba guapísimo con su traje gris y su jersey azul oscuro de cuello vuelto pegado al cuerpo, con aquellos pequeños michelines que sobresalían en su cintura, que le hacían más atractivo a los ojos de ella al ser constante preocupación vanidosa para él.


Hacía un intenso frío en la capital del país, la temperatura exterior en el aeropuerto era de -20º, algo habitual en aquella época del año. Iban preparados con ropa de abrigo, pero era imposible prepararse para la bofetada inicial. Para ella, era su primera visita, para él ya era la enésima.


El destino en aquella ciudad era casi mera cortesía, un cliente, y por relación de años de trabajo, gran amigo de él.

Tras las presentaciones formales y la charla en oficinas, y un par de leves problemas por resolver, fueron alojados en el propio hogar del cliente, agasajados con manjares del país, con amena conversación de su esposa e hijos…. y alojados en habitaciones separadas.

A la mañana siguiente, antes de que el reloj marcase la luz del alba (inexistente hasta bien entrado el día debido a la latitud), les esperaba un nuevo vuelo a su destino real, al noroeste del país, a 500 km de la capital. Declinaron alquilar un coche debido a la rapidez del viaje y a la falta de práctica para conducir coches en aquellas condiciones climatológicas, con ruedas dotadas con clavos exteriores para mayor agarre al asfalto congelado.

Al llegar a la ciudad de destino, eran -32º lo que había en el exterior del aeropuerto, no había ropa de abrigo que hiciese entrar en calor a nadie que no estuviese acostumbrado a aquel frío auténticamente polar, se congelaba hasta el aliento, los pulmones dolían al inhalar el aire congelado, hasta acostumbrarse.

La ciudad era un lugar bellamente gélido, completamente cubierto de blanco, chuzos de hielo colgaban por doquier, una ciudad fría y gris rodeada de fiordos, y salpicada en su periferia de pequeñas casitas típicas pintadas de colores fuertes y llamativos, que contrastaban con el níveo color reinante.

El hotel era una de aquellas casitas tradicionales reformada, situada en un cerro sobre un Atlántico grisáceo y embravecido.

Tenían reservadas dos habitaciones, con objeto de justificar gastos individuales, habitaciones de las cuales una quedó intacta.

La habitación era bellamente distinta, de madera y decoración tradicional del país, con una chimenea baja que se preguntaron si funcionaría cuando era necesario, dado que la calefacción calentaba el ambiente lo suficiente.

Entraron justo a dejar el escaso equipaje, refrescarse, y salir nuevamente hasta la unidad de destino que les había llevado hasta allí, les esperaban en escasos tres cuartos de hora.

Ella cogió su bolso para salir por la puerta, con el pomo ya asido, cuando sintió que la sujetaba por el brazo y, dándole la vuelta, afirmó sin lugar a contradicción “ellos pueden esperar 5 minutos más, yo no”.

Ni siquiera se quitaron la ropa, lo justo para poder sentir la piel del otro, y así, a medio vestir, y elevándola con sus propios brazos, buscando un lugar de apoyo, la clavó contra la pared, junto a la misma puerta…..

Continuará……
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

Re: EROTICIDADES Y ESAS COSAS...

Notapor Sherezade_X » 08 Jun 2012, 00:20

Regresar al hotel a última hora del día era regresar a un momento de gran relax, habían dado orden de que encendiesen la chimenea por la noche, y la sensación al entrar y ver la habitación tenuemente iluminada era de íntimo hogar transitorio, de calor en medio de aquella temperatura congeladora.

Habían estado todo el día entre hierros y problemas, incluso aunque habían planeado visitar el fiordo, no hubo tiempo para nada, ya no lo habría.

Se acercó a la ventana envuelta en una escueta toalla, el frío paisaje exterior contrastaba con la calidez de la habitación, todo era blanco en mitad de la noche cerrada y a lo lejos se veía la espuma de las olas encrestarse para luego desaparecer, cerró los ojos y se las imaginó chocando con extrema violencia contra las rocas invisibles a esa distancia.

Le vio aparecer por detrás en el reflejo del cristal, para sentirle rodearla con sus brazos y depositar un leve beso en su hombro. Olía a gel, y su piel aún húmeda resultaba un tanto áspera y chirriante al contacto con la propia. Para darse la vuelta y pegarse al cuerpo que tanto ansiaba cada día que estaban lejos.

- Vamos a pedir algo para cenar…..

Encargaron una cena frugal y una botella de chateau para degustarlos en la alfombra junto a la chimenea, tumbados desnudos, recostados y saboreando las delicias relajadas del final de un largo día, bromeando con las anécdotas aprovechables de tan calamitoso día, dándose pequeños trozos de comida con las propias manos y chupándose los dedos sin saber si lo exquisito era la comida, o el sabor de la boca del otro.

La cercanía del fuego formaba un delicioso baile de luces y sombras en sus rostros y sus cuerpos.


Tras terminar comenzaron las caricias más relajadas:

- Cierra los ojos, tengo una sorpresa para ti

Cerró los ojos, pero el silencio la empujó a abrirlos leve y curiosamente, “te he visto, no vale hacer trampas. Espera voy a por algo, no te muevas y ciérralos”. Esta vez los cerró fuertemente sonriendo nerviosamente y sin saber qué esperar.

Le sintió detrás tapándole los ojos con algo……

- Ya puedes abrirlos, ahora quiero que te tumbes……

Hizo lo que le pedía, ahora sólo una tenue claridad le llegaba a través de la negrura de la tela que tenía anudada y tapándole los ojos.

Sintió que algo se deslizaba por su cara, no eran sus manos, era una sensación distinta, le producía cosquillas y escalofríos. Aquella caricia cosquilleante comenzó a deslizarse por su cuerpo, provocando que el vello se le erizase allá por donde pasaba. Estiró los brazos hacia atrás y se dejó llevar por la nueva sensación, no pudiendo evitar que su cuerpo reaccionase contrayéndose y estremeciéndose al sentir la caricia en zonas sensibles.

Escuchó que abría la ventana, un soplo de aire gélido llenó la estancia, para luego escucharla cerrarse y sentir los pasos amortiguados hasta llegar a su lado. Esta vez algo helado y húmedo se deslizó por su cuerpo, seguido de su lengua allá por donde las frías gotas de hielo habían dejado su rastro.

- Date la vuelta…….

Se tumbó boca abajo, dejando que el juego continuase, y volviese a comenzar la sensación de cosquilleo que, esta vez, ya había reconocido como una ligera pluma de ave que se deslizaba excitándola, a la vez que el hielo y su lengua tras de él.

- Ponte de rodillas……..

Y, obedientemente, sin voluntad alguna, se arrodilló, sintiendo el calor del crepitante fuego de la chimenea en su rostro, la suavidad de la pluma en su cuerpo, la frialdad del témpano de hielo dejando gotas heladas por la extensión de su cuerpo y su lengua acompañar cada gota, mitigando el frío.

- Abre las piernas……

Esta vez sintió su aliento acercarse por detrás, entre sus piernas, y comenzar a devorarla sin compasión, haciéndola arrugar la alfombra con sus manos hasta casi traspasarla con los dedos, arrancándola el mayor gemido que había exhalado en su vida en el orgasmo mas intenso que había sentido jamás.

Se dejó caer al suelo sin fuerzas, para sentirle sobre ella, mordisqueándole la oreja y susurrando: “no hemos terminado…. aún”.

Esta vez la ayudó a levantarse para obligarla a volver a ponerse de rodillas y penetrarla, con suavidad primero, y con fiereza después, para salir de ella y volver a devorar cada rincón de su cuerpo, y volver a penetrarla una y otra vez, aferrando sus caderas con posesividad, hasta volver a hacerla llegar al clímax y dejar de ser consciente de todo cuanto la rodeaba.

Sintió que la daba la vuelta y el cálido líquido de su cuerpo empapaba su cara y llegaba hasta sus labios entreabiertos, cómo su pene se introducía en su boca para depositar los últimos estertores de su orgasmo.

Ni siquiera fue consciente de cuánto tiempo había pasado acurrucada entre sus brazos, exhausta, mimada por sus manos, fue la primera vez que escuchó de sus labios…… “te quiero”.

Al día siguiente les esperaba nuevamente un avión que transportarles a la realidad cotidiana.

En el asiento de aquel avión, se perfilaron las puertas de un nuevo juego, un nuevo pérfido juego, esta vez, de la mano de ella……
Imagen
Avatar de Usuario
Sherezade_X
NUEVO USUARIO
NUEVO USUARIO
 
Mensajes: 12
Registrado: 24 May 2012, 22:51

AnteriorSiguiente

Volver a AMOR, AMISTAD Y RELACIONES PERSONALES

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 78 invitados