Panzerkampfwagen VIII "Maus"
Especificaciones
Peso: 188 t
Longitud: 10,09 m
Anchura: 3,67 m
Altura: 3,63 m
Tripulación: 6
Blindaje: 60 a 250 mm
Armamento: cañón de 128 mm KwK 44 L/5; cañón coaxial de 75 mm KwK 44 L/36 y 5 ametralladoras MG34 de 7,92 mm
Motor MB517, diésel de 1.200 CV (895 kW)
Relación potencia/peso 6,4 CV/t
Velocidad máxima: 13 km/h
Capacidad de combustible: 2.600 l + 1.500 l externos
Autonomía: 160 km
Suspensión barras de torsión
Hitler pidió a Porsche la creación de un tanque grande, muy pesado y protegido. Le proporcionó un firme contrato para la construcción de este “súper-tanque”.
Las características de este carro estaban muy claras, protección y potencia. El primer error del proyecto fue subestimar la tercera regla de oro de todo carro de combate, la movilidad. Inicialmente se proyectó un carro de 120 toneladas, que terminaría por pasar a pesar 188 Tn. Además, Hitler pidió que su nuevo Panzer pudiese cargar hasta 100 proyectiles, previendo que los iba a necesitar, aunque nunca se llegó a cumplir este requisito, por el enorme tamaño que necesitaría el carro y el incremento de peso añadido. El problema no es que fueran tantos proyectiles, si no que el calibre de los proyectiles iba a ser demasiado.
El armamento del tanque fue llevado a cabo por la compañía Krupp, experta en estos temas, así como el chasis y la torreta. El ensamblaje final lo haría la compañía Alkett. La primera propuesta fue usar un cañón de 150 mm L/74 junto a un cañón automático de 20 mm coaxial. Más que suficiente para derrotar a cualquier tanque conocido, ya que era un calibre muy grande y totalmente innecesario, por lo que se optó por uno de 120 mm/L55. Además, todo este pesado armamento tenía su coste en personal, que requería un aumento a 6 personas en la tripulación, cuando normalmente se usaban 4. En enero de 1943, Hitler decidió que finalmente se emplearía un cañón de 128 mm junto con otro auxiliar de 75 mm. Sin duda alguna, la petición de almacenaje de munición se veía cada vez más imposible, con estos grandes calibres.
El chasis se creó dándole una inclinación en el frontal y en los laterales de la torreta, consiguiendo una protección de entre 60-240 mm, lo cual lo convertían en el tanque más protegido del momento. Pero toda esta protección tenía su precio y por ello necesitó acarrear un gran lastre durante toda su vida, el sobrepeso. No debemos olvidarnos de otro factor importante, como lo era el tamaño. Con el motor y blindaje que llevaba, su altura se disparó, proporcionando un blanco enorme a kilómetros de distancia.
El principal problema del Maus era su peso. En el Panther y Tiger hubo grandes problemas en las suspensiones y los trenes de rodadura por soportar un peso superior al previsto. En este caso pasaba lo mismo. No se había dado nunca el caso de un tanque tan pesado y esto acarreó diversos problemas. Por de pronto, encontrar “algo” que pudiera moverlo. Además, la presión sobre el suelo debía ser reducida a toda costa, o se quedaría atrancado en el fango o cualquier zona con barro. Para ello se optó por equiparlo con unas orugas enormes, aun sabiendo el aumento de peso que ello suponía.
El motor Daimler-Mercedes Benz MB 509 de 12 cilindros y 1080 CV usado inicialmente en aviones fue el encargado de dar potencia al Maus. La lista negra de problemas aumentaba poco a poco. No sólo era necesario un motor de avión, sino que sólo se podía andar 180 km con el depósito de 2.700 litros que llevaba (más 1.500 en barriles de reserva), y además la velocidad máxima a la que podría recorrer esa distancia era teóricamente de 20 km/h, de los cuales sólo pudo alcanzar 13 km/h en las cuidadas pistas de entrenamiento. Para ello hubo que adaptar trenes, suspensiones y numerosos cambios mecánicos que dieron muchos quebraderos de cabeza a los ingenieros alemanes. La fiabilidad fue un lastre para muchos carros y éste necesitaban probarlo bien para no caer en este defecto. Para ello el costo de la suspensión se disparó con el fin de hacerla lo mejor posible. Todos estos problemas se traducían en que si un Maus se averiaba, harían falta al menos dos más para poder desatascarlo, lo cual dada la poca velocidad máxima que poseían, se tradujese en el abandono sistemático del tanque y/o destrucción del mismo. Por si fuera poco, la mayoría de puentes no aguantaban su peso y se ideó la manera de poder sumergirlo hasta 12 metros mientras otro Maus le aportaba energía desde la orilla, para luego pasar él mientras el otro le devolvía la moneda.
Si la producción de tanques no fue muy elevada, ya que se pidió hacer tan sólo 150 unidades, de lo que estimaban poder fabricar unas 5 unidades por mes, de las cuales se haría al final un solitario tanque. A pesar de haberse cancelado la producción con sólo un ejemplar en activo, se permitió seguir con la investigación y desarrollo de una nueva versión.
De este ejemplar, se alcanzaron a construir dos modelos. Uno se perdió en la defensa de la fábrica durante un raid aéreo y el otro fue capturado por las tropas soviéticas. El único que queda es una valiosísima pieza de museo, como tanque superpesado; su poca agilidad no le permitía incorporarse a las Divisiones Panzer y poco más podía hacer como tal.