por Alonso Quijano » 16 Ene 2011, 13:30
esta es muy buena.
Apresamiento del convoy británico de 1780
Gaceta de Madrid del 29 de agosto de 1780.
Dando cuenta el Director General de la Armada D. Luis de Córdoba en carta del 12 del presente mes del rico convoy inglés que ha apresado (y se ha anunciado en las dos Gacetas últimas) refiere que a la una de la noche del 8 al 9 advirtiendo a barlovento una señal, que por la tardanza del sonido manifestaba hacerse a larga distancia, no quedó bien asegurado de su significación, por no haberse podido contar los fogonazos o cañonazos; pero no dudando que la fragata de la escuadra de su mando que la hacía, la repetiría, lo verificó esta así, indicando avistarse velas que no parecían de la escuadra combinada, por lo que mandó este General virase toda inmediatamente e hizo rumbo hacia aquel paraje, proporcionándolo, y la vela a poder concurrir al romper el día con los buques extraños en un punto.
Con efecto a las 4 y cuarto de la madrugada con las primeras luces del alba se empezó a contar una, y seguidamente muchas embarcaciones, todas unidas y con dirección a nuestra escuadra, efecto de un farol que el navío Comandante la Santísima Trinidad llevaba en el tope de trinquete, y creyó el convoy inglés ser luz de su Comandante.
Conociendo D. Luis de Córdoba que este era enemigo disparó varios cañonazos contra algunas embarcaciones que ya intentaban la fuga, y revirando la escuadra puso señal de caza general y de marinar las presas, logrando con esta pronta disposición a las 5 de la mañana encerrar con 16 navíos de la escuadra hasta 36 embarcaciones, que desde luego fueron rendidas y marinadas; y aunque sobrevino una llovizna que dejaba muy corto horizonte para ver las embarcaciones que huían, se continuó la caza contra ellas; todas correspondientes a un convoy que salió de Portsmouth el 29 de julio, escoltado por el navío el Ramillies de 74 cañones, y las fragatas Tetis y Southampton de 36, a cuyos tres buques que navegaban a retaguardia y barlovento de su convoy, y ciñieron inmediatamente el viento para alejarse de nuestra escuadra, los dio caza con el mayor empeño la nuestra ligera del mando del Jefe Mr. Bausset y otros varios navíos; pero no pudo lograrse su alcance por el barlovento que ya tenían y su excesiva ventaja en el andar; en cuyas circunstancias tomó este Jefe la acertada determinación de cargar sobre los mercantes que huían hacia el S. O. y logró interceptarlos.
Con ellos y con los detenidos por el resto de la escuadra, quedaron al anochecer marinadas, e incorporadas a las citadas 36 hasta el número de 51 presas, sin que se hubiesen escapado más que por el E. un bergantincillo muy velero, y unas 6 ó 7 embarcaciones que el Jefe Mr. Bausset vio muy a barlovento, cuando daba caza a los 3 buques de guerra, persuadiéndose el Comandante General de la escuadra D. Luis de Córdoba que algunas de estas habrían sido detenidas (como así ha sucedido) especialmente una que perseguían la fragata Nereida y navíos que iban a retaguardia.
Añade D. Luis de Córdoba que sin contar 5 navíos de la Compañía de las Indias Orientales apresados, aseguran los Capitanes y Negociantes prisioneros de este convoy, aunque no el más numeroso, es el más interesado de cuantos han salido de Inglaterra de muchos años a esta parte. Y concluye expresando que sin embargo de sus deseos y desvelo para el mejor Real servicio, atribuye enteramente a la alta mano del Todo Poderoso la caída de esta riqueza de los enemigos en nuestro poder, completándose su satisfacción con la entera ruina de una expedición de tanta entidad así por los refuerzos de tropas para la India e Islas de América como por los grandes repuestos de víveres, lonas, velamen, jarcias y toda clase de pertrechos, que se conducían para la escuadra y establecimientos ingleses en América, cuya perdida es de tanto daño a los enemigos.
En la tarde del 10 quedaba ya arreglado el orden del convoy que puso D. Luis de Córdoba al cargo del Jefe de Escuadra D. Vicente Doz, quien con la competente escolta se separó de la escuadra el día 18 y emprendió su navegación; y agregando al paso otra presa hecha por el navío el León, fondeó en el puerto de Cádiz con todo el convoy el día 20. Y habiendo entrado anteriormente las 3 anunciadas en las dos últimas Gacetas, se compone de 55 embarcaciones el todo convoy apresado.
[Sigue un listado con todas las presas que es igual al que hemos puesto anteriormente]
De la diversa forma, en que se ha dado los partes no ha podido sacarse más individualidad de la que se expresa en esta relación, en la cual están puestos los números del total de gente sólo en aquellas embarcaciones de que se ha sabido con seguridad, pudiendo añadirse que en muchas hay, como se ha examinado desde el navío Comandante, 6, 8 y hasta 14 cañones: que las 5 de la india y otras 2 pasarán de 650 toneladas de porte; que hay otras varias de más de 400; se encuentran sólo 8 ó 10 que parecen de 200; y el general de las demás será de 300 poco más o menos.
NOTA: En esta lista se cuentan 52 presas por estar incluso en ellas el bergantín las Tres Hermanas, que fue el 1º llegado al Puerto de Cádiz, y las 3 restantes al completo de las 55 presas son:
Fragata Hércules con portas para 36 cañones incorporada al paso del convoy a Cádiz; su carga arboladura, jarcias y otros repuestos para navíos con destino a Jamaica.
Fragata Carlota de 14 cañones: había entrada con la fragata Nereida. Conducía la familia del Gobernador de Jamaica; su carga es de mercancías.
Fragat Real Carlota. Había entrado también con la Nereida en Cádiz; su carga es de provisiones.
«Llamo uñas arriba
A cuantos llamo,
Y al recibo los hiero
Uñas abajo. »Para el que me embiste
Pobre y en cueros,
Siempre es mi postura
Puerta de hierro.»