Este hombre nos devuelve la fe en el ser humano: de cachorro de ideología neonazi con look y arrogante frialdad al estilo del nauseabundo Reinhard Heydrich, al que recordaba fuertemente en los setenta y buena parte de los ochenta, aupado por Manuel Fraga a la secretaría general de AP y después defenestrado por el patrón, pasó por un proceso de catarsis personal hasta convertirse en un tipo fetén, un hombre de bien y, por primera vez en su vida, con ideas propias y no las de segunda, tercera o cuarta mano habituales en la caverna de ultraderecha en la que militaba.
Se libró de sus demonios, comprendió lo errónea y ruin que había sido su vida hasta entonces y emprendió el camino del reciclaje personal llegando al excelente producto humano de la actualidad en un proceso único de feliz metamorfosis, un tipo solidario, buscador insaciable de la verdad, beligerante en sus ideas, defensor de las causas nobles y la justicia y en las antípodas de la putrefacta ideología (por llamarla de alguna manera) que le contaminó en los comienzos de su andadura política.
¡Chapeau por Jorge Verstrynge, coño!
De esbirro del búnker neonazi y delfín de Manuel Fraga......
Al solidario luchador por las causas nobles y tipo ejemplar de la actualidad......