LA DONACIÓN DE MÉDULA ÓSEA
1. Antes de la donación
Si sigue adelante con la donación y el paciente precisa una donación de médula ósea, en el mes anterior a la
misma, deberán efectuarse:
- Una o dos extracciones de sangre para su posterior autotransfusión (ver a continuación).
- Diversas pruebas (radiografía de tórax, electrocardiograma, pruebas
funcionales respiratorias) y una revisión médica completa para saber si
puede ser anestesiado sin riesgo. Todas estas exploraciones se realizan en el
centro hospitalario donde se vaya a efectuar la extracción. Se intenta siempre
que este centro sea el más cercano al domicilio del donante y que cuente con
una amplia experiencia en este tipo de procedimientos. Tras una nueva
información del proceso por parte del médico responsable de la extracción,
deberá acordarse si la extracción se realizará bajo anestesia general o
epidural (ver a continuación).
- Firmar el correspondiente consentimiento informado para poder ser anestesiado y efectuar la extracción
medular (ver anexo ).
2. La donación
La médula ósea puede extraerse tanto bajo anestesia general como epidural. Sin embargo, a pesar de
comportar más riesgos que la epidural, la más empleada es la anestesia general por ser más cómoda para el
donante.
La anestesia general
Se efectúa administrando un anestésico, a través de una vena del brazo, que deja dormido y relajado al
donante. Durante la anestesia es necesario mantener la respiración artificialmente mediante un tubo colocado
en la boca que va introduciendo oxígeno en los pulmones. Normalmente la anestesia transcurre sin incidencias
destacables pero debe conocerse que son posibles algunos efectos secundarios como:
- Molestias en la boca o garganta en las horas que siguen a la anestesia como consecuencia de la colocación del
tubo para la respiración (complicación habitual pero leve y transitoria).
- Sensación de náusea e inestabilidad en las horas que siguen a la anestesia. Por dicho motivo se suele
mantener ingresado al donante durante las 24 horas siguientes a la donación.
- Reacción alérgica a alguno de los medicamentos empleados (complicación excepcional, con una incidencia
inferior a 1 por 50.000 anestesias).
La anestesia epidural
Consiste en anestesiar el cuerpo de cintura para abajo. Se efectúa inyectando el anestésico en el espacio que
queda entre dos vértebras de la zona lumbar. Aunque es excepcional que este tipo de anestesia tenga efectos
secundarios puede ocurrir que:
- El anestésico surta su efecto sobre el sistema nervioso central y deba finalmente efectuarse una anestesia
general.
- No se consiga una correcta anestesia de la zona a puncionar y sea preciso efectuar una anestesia general.
- Produzca dolor de cabeza o de espalda (fácilmente controlable con analgésicos suaves) en los días que siguen a
la donación.
La aspiración de la médula ósea
En un quirófano y bajo las medidas de asepsia
que toda intervención quirúrgica requiere, se
procede a anestesiar al donante, colocándolo
a continuación en posición de decúbito prono
(boca abajo) sobre la mesa de operaciones. Tras
desinfectar la piel que cubre las crestas
ilíacas posteriores (prominencias óseas
localizadas en la parte postero-superior de la
pelvis), dos miembros del equipo extractor,
situados a ambos lados de la mesa de
operaciones, puncionan dichas cretas ilíacas
con unas agujas especialmente diseñadas para
ello. En cada punción se obtienen unos 5 mL
de sangre medular que contiene los
progenitores hematopoyéticos. Una vez
obtenida se deposita en una bolsa con heparina
(sustancia que evita la coagulación de la sangre)
A pesar de efectuarse múltiples punciones, al finalizar la aspiración sólo se observarán 1 ó 2 orificios en la piel
que cubre cada cresta iliaca. Este procedimiento suele durar entre una y dos horas. Durante la aspiración, o
inmediatamente después, se administra la autotransfusión (ver a continuación). Tras la extracción, el
donante es llevado al área de post-anestesia en la que será controlado durante las 2 - 3 horas siguientes; tras
ellas será conducido de nuevo a su habitación. La duración del ingreso hospitalario suele ser de 24 - 36 horas,
siendo lo más habitual ingresar la noche anterior a la aspiración y ser dado de alta a la mañana siguiente.
La autotransfusión
Al extraer la médula ósea se obtienen células madre mezcladas con sangre medular (sangre que nutre a la
médula). Normalmente se obtienen 15 – 20 mL de sangre medular por kilo de peso del donante, lo que significa
que en un donante de 70 kilos se obtienen unos 1000 - 1400 mL de sangre medular. Esta pérdida de
volumen de sangre, en el poco tiempo que dura la extracción (1 - 2 horas) puede producir efectos
secundarios en el donante (caída de la tensión, sensación de mareo y cansancio, entre otros). Ello obligaría a
efectuar una transfusión, con el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas que toda transfusión conlleva.
La autotransfusión solventa este problema.
En las 2 - 3 semanas previas a la donación se extraen al donante 1 ó 2 unidades de 300 - 450 mL de sangre.
Esta sangre, adecuadamente etiquetada para su identificación, es mantenida refrigerada en nevera hasta el
momento de la extracción de médula ósea y entonces es transfundida. Con esta maniobra se logra que en
ningún momento se produzca una pérdida de volumen de sangre que pueda producir síntomas. La
administración de hierro por vía oral, desde la extracción para la autotransfusión y hasta un par de meses
después de la donación de médula, favorece que el organismo reponga rápidamente el volumen de sangre
donado.
Efectos secundarios de la donación de médula ósea
El único efecto secundario destacable es el dolorimiento en las zonas de punción. Este dolor se controla
rápidamente con analgésicos comunes, tipo paracetamol, y desaparece normalmente en menos de 48 horas.
Para favorecer su resolución se recomienda realizar unos días de reposo relativo. Por ello se proporciona
la documentación necesaria para que el médico de cabecera extienda p q una baja laboral por 4 - 5 días. Con
todo, no existe inconveniente médico alguno para que un donante que se sienta bien se reincorpore
inmediatamente a su actividad laboral normal.
Otros efectos secundarios observados excepcionalmente son:
- fiebre, en ocasiones unas décimas en las primeras horas post-donación.
- mínimo sangrado por un punto de punción; complicación sin importancia, únicamente requiere realizar
un vendaje compresivo.
- sensación demareo, en especial al incorporarse; como consecuencia de la moderada anemia residual de
toda donación; la única precaución a adoptar es incorporarse lentamente.
- infección en el sitio de punción (excepcional).
Desde el punto de vista analítico la donación de médula suele traducirse por una moderada disminución
de la cifra de glóbulos rojos y de hemoglobina (anemia) que se corrige en pocas semanas.