...... que en pleno siglo XXI, en la era de la información, haya que celebrar (¡y menos mal!) que en un minúsculo país africano con forma de gusano e incrustado en Senegal, es decir, Gambia, se acabe de prohibir la mutilación genital femenina.
Sí, de acuerdo, esta medida supone un triunfo para la humanidad en general y un alivio para miles y miles de niñas en aquel país en particular, pero me parece inaudito, bochornoso e inconcebible que semejante salvajada siga siendo practicada a día de hoy en numerosos estados, muchos de ellos considerados 'amigos' del democrático Occidente y cuyos gobiernos gozan de nuestros favores y protección sin que se les exija a los dictadores o presidentes de turno la inmediata abolición de esta barbarie. Por lo visto, la cínica y odiosa fórmula 'Business is business' sigue siendo de plena actualidad.
Bien, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, en el poder desde el año 1994, ha decretado con efecto inmediato la prohibición de la mutilación genital femenina en el país, después de llegar a la conclusión de que "se trata de una práctica tradicional y no dictada por la religión musulmana". Hay que celebrar la noticia, por supuesto, que deja no obstante un regusto amargo, y me explico: ¿Por qué ha habido que esperar tanto tiempo para que un presidente gambiano haya caído en la cuenta de que dicha práctica es una brutalidad sin excusa posible? ¿Quién les devuelve ahora sus clítoris -y tantas veces también los labios mayores y menores- a las incontables mujeres gambianas (más de un 80% de la población femenina) que sufrieron la ablación o, mucho peor todavía, la infibulación?
La mutilación genital femenina, tanto la parcial como la total, llevada a cabo siempre en condiciones miserables por una especie de siniestra bruja (¡¡¡el instrumento típico suele ser una vieja cuchilla de afeitar o un cuchillo sin esterilizar, a veces incluso la tapa de una lata de conservas!!!), sin el menor atisbo de higiene y, por supuesto, sin anestesia, causa cada año miles de muertes por hemorragias masivas, infecciones y septicemias, y las niñas que sobreviven a la tortura padecen las consecuencias durante toda su vida, resultando para ellas un enorme sufrimiento cualquier función corporal, como la regla, la micción o las relaciones sexuales, por no hablar ya del parto.
Bien por Gambia pues, ¿pero qué pasa con el resto de los países en los que esta barbarie sigue a la orden del día???? ¿Qué pasa con las centenares de miles de víctimas que hay que añadir cada año a esta siniestra lista????
Y pensar que el ser humano se considera a sí mismo como un 'animal racional'. ¿Qué animal supuestamente irracional hace algo así con sus propios hijos y semejantes?
GAMBIA: Prohíben la mutilación genital femenina en este país
http://www.lapatilla.com/site/2015/11/2 ... este-pais/