Análisis interesante sobre Francia...

por **summer_of_69** » 01 May 2016, 10:34

... ¿Cómo lo ves tú, Monarch?

Disputa por el desencanto francés
La izquierda alternativa trata de arrebatar al Frente Nacional el espacio electoral de los antisistema

El desencanto hacia la política institucional tiene un amplio espacio político en Francia. El ultraderechista Frente Nacional lo ha demostrado, y ocupado, con gran éxito en los últimos años, haciéndose con alrededor del 30% de los votos en las últimas elecciones (regionales) de diciembre.

Hasta ahora la ultraderecha ha sido la principal capitalizadora del voto de protesta y de los reflejos antisistema de la sociedad que sufre crisis económica y rechaza a su representación tradicional, sin que ello signifique que el 30% del electorado francés sea estrictamente ultraderechista. Pero el gobierno socialista ha logrado cambiar esa situación de monopolio. En pocos meses sus decisiones en cuestiones de ética política (el intento de constitucionalizar la retirada de la nacionalidad francesa a los vilipendiados inmigrantes), política ambiental (aeropuerto de Nantes) y social (reforma laboral), han logrado abrir una amplia ventana al descontento en la izquierda. Con esas decisiones el Partido Socialista ha reventado, literalmente, su base social-electoral.

En la última encuesta disponible, el 65% de los simpatizantes socialistas considera que la democracia funciona mal en Francia, un 77% reprocha a los políticos que actúan sobre todo en función de sus propios intereses personales, y un 60% estima que la mayoría de los políticos están corrompidos. En relación a 2013 ese descontento ha avanzado, 26, 18 y 20 puntos, respectivamente, entre los simpatizantes socialistas.

La situación creada ha abierto, así, una ventana de oportunidades para un populismo de izquierdas alternativo al casi monopolio que ostentaba el Frente Nacional hasta ahora. En ese espacio, y gracias al involutivo proyecto de reforma laboral, han aparecido la radicalización sindical de centrales como la mayoritaria CGT (700.000 afiliados) y el movimiento Nuit Debout, que es una versión local, de momento en miniatura, del 15-M español, el Occupy Wall Street americano y otros, es decir un foro horizontal que ocupa espacios públicos para replantear desde la base el modo de funcionamiento de la sociedad.

Francia sufre, como tantas otras sociedades europeas, el efecto de décadas de involución neoliberal, pero su malestar incluye una aguda y particular brecha interna entre franceses “genuinos” y “oriundos de la inmigración” en la que el Frente Nacional ha pescado con éxito llegando incluso a influir en las políticas del gobierno socialista.

En Francia hay más de 11 millones de ciudadanos de origen inmigrante, lo que representa el 19% de la población, con un 10% de oriundos del Norte de África.

Esta es una situación heredada del colonialismo, que países que pretenden dar lecciones en materia de refugiados en Europa, como Alemania, país de ciudades blancas, desconoce por completo.

El reto de la nueva ventana populista abierta a la izquierda es forjar una alianza entre los sectores que están perdiendo ahora sus privilegios y posiciones, y los sectores, mayormente oriundos de la inmigración, que nunca los tuvieron. Esa alianza crearía una barrera de izquierdas al populismo ultra del Frente Nacional.

Si el incipiente movimiento de las plazas de la Nuit Debout en alianza con el medio laboral prendiera en las ciudades dormitorio del extrarradio de mayoría inmigrante donde se concentra el grueso de la miseria y de la estigmatización xenófoba y racista, estaríamos ante palabras mayores. A un año de las presidenciales y legislativas del 2017, algo así podría cambiar radicalmente el panorama francés, y con él, sin duda, el europeo.

De momento, al Frente Nacional le ha salido un competidor. La ultraderecha francesa no lo ha hecho particularmente bien. El partido de Marine le Pen está repleto de contradicciones y divisiones internas, es el líder en alergias (la fuerza política que concentra más voluntades de no votarle jamás), y fundamentalmente ha progresado sobre los vacíos, defectos, abandonos y errores cometidos por los partidos políticos institucionales, de izquierda o derecha, en los últimos treinta años.

Cuando ha llegado a una posición de poder local, el Frente Nacional no se ha distinguido por nada. Su programa económico oscila entre los coqueteos gaullistas, estatistas y antieuro del vicepresidente, Florian Philippot, y el puro neoliberalismo partidario de disciplinas fiscales y reducción de funcionarios y derechos laborales de la emergente jovencita Marion Marechal Le Pen, sobrina de Marine Le Pen y nieta de Jean-Marie, el viejo facha fundador del partido, antisemita y nostálgico de Vichy. En cualquier caso, la disputa por el espacio político que deja el desencanto, ya no es solo un asunto de populistas xenófobos en Francia.

http://www.lavanguardia.com/internacion ... itico.html