.
En verdad que sí.
Qué bonito era, queridos midos, cuando nos logueábamos todos juntos, al unísono y al polmayor.
Qué bonito era cuando nos juntábamos, logueados, como tié que ser, y cantábamos esas canciones populares, tan nuestras, magníficas, entrañables y maravillosas; canciones con sus visicitudes y sus anécdotas, claro que sí; con una idiosincrasia, que ices tú: ¡olé!
Son canciones que llevas muuu adentro, y una mañana cualquiera, como el que oye de llover, se te viene al buche y dices asina:
TE QUIEEEEEEERO MÁAAAAAS QUE A MIS OJOOOOOOOOOO
TE QUIEEEEERO MÁAAAAAAAAS QUE A MÍ VIIIIIIIIIDA
MÁAAAAAAAAAS QUE AL AIIIIIIIIIRE QUE REEEEEEEESPIROO
Y MÁAAAAAAAS QUE A LA MAAAAAAAAAARE MÍAAAAAAAAA
Y lo cantas así, desgañitándose una.
¡Qué bonito el cancionero español y qué razón tenía Lauren Postigo!
.