Algún garrulo pregunta si nos alegramos de que cientos de empresas abandonen sus sedes sociales en Cataluña para mudarse y tributar en otras CCAA españolas. Desde luego que me alegro. Y me alegro porque, hoy en día, Cataluña es un lugar inestable social, política y económicamente. Y si se ha llegado a esta situación es porque allí se ha generalizado un discurso, entre otras cosas, que presume de lo rica que es Cataluña y lo mucho que le debe España por tirar económicamente del país. Con lo cual, si el hecho de que muchas empresas que poseen su sede social y tributan en Cataluña crea problemas de algún tipo, lo mejor es que tributen en otro lugar y el ego de algunos catalanes se desinfle y acepten, de una vez por todas, que sin el resto de España NO SON NADA.
Y, si Zerdo ha cambiado su discurso, que empezaba frivolizando sobre lo mucho que España perdería sin la todopoderosa Cataluña, a echarnos en cara que nos alegremos de que ya no lo va a ser tanto, es que algo bueno está pasando, poque ese hijo de fulana (no es un insulto, lo es) odia a España sobre todas las cosas.