Hace seis meses que perdí a mi único hermano, lo recuerdo en su último mes de vida cantando, aunque su enfermedad le iba minando, nunca dejó de reír.
A ello ayudaron una pareja entrañable, el 89 años , ella 84 creo, enamorados como dos adolescentes, apurando la vida con la alegría de vivir.
Son novios, novios para hacer cruceros, para jugar al tute, para reunirse con amigos a comer, ir de excursión y reírse de ellos mismos, al terminar el día se van a casa, a la suya cada uno.¡ que pareja ! que bien han sabido entender que el camino tiene fin.
Que bonito cuando ella y mi hermano cantaban, después de haber dado cuenta a un buen churrasco o una buena fabada , un buen tapeo, un arroz con con almejas, chocos, así muchas veces. Mi hermano también supo aceptar que la vida es una lotería. .el anciano de 89 era su suegro..