Incitatus escribió:Rienzi escribió:Incitatus escribió:Rienzi escribió:He regresado yo solo, los demás me persiguen, en especial Zazpi, que no puede vivir sin mí.
Tú eres un forista algo rarillo, xo no perteneces al selecto y minúsculo grupo d ls carroñeros, acosadores o calumniadores ni al d sus cómplices q les protegen y jalean, así q no me extraña q te acosen, suelen hacerlo con ls q no pertenecen a la tribu,.
No has sido el único ex playero q se ha vuelto a asomar x akí, he visto ya a varios estos días, y no en tu persecución, o al - no lo parecía. Creo q alguno está cansado d galápagos.
¿Zazpi pertenece al grupo de los carroñeros?
Apenas tengo referencias d ella, xo me da la espina q es 1 forista q no aporta absolutamente nada aprovechable, o sea, q da igual q esté presente o ausente. Y me parece fatal q te persiga de ese modo q describes.
Por farol, leo por aquí y por allá unas interpretaciones disparatadas… El texto de Rienzi es absolutamente irónico. Estas cosas le pasan por no saber utilizar emoticonos…
Es lo contrario, Zazpi es una jodida Mata Hari, y Rinezi y cualquier hombre curioso y sensible (en incluso mujer) que se detenga a observar a este magnífico ser, queda prendado ante ella. Yo también, por supuesto, pero a diferencia del resto que es incapaz de racionalizarlo, y solo siente que hay algo extraordinario en ella que no pueden explicar que les resulta fascinante, yo he averiguado el porqué de esa fascinación, la fuente de esa luz; aunque no me sirva de nada.
La clave está precisamente en este enfoque o filosofía:
“Apenas tengo referencias d ella, xo me da la espina q es 1 forista q no aporta absolutamente nada aprovechable, o sea, q da igual q esté presente o ausente.”
Vamos a ver. A mí me aporta todo, pero entiendo que esta percepción siendo objetiva, es personal y requiere cierto grado de atención y sensibilidad. Efectivamente, lo normal es calificar a las personas en términos de “ganancia”, es decir, qué me puedes ofrecer… qué me aportas: ¿eres divertida, romántica, fogosa… cuánto de gordas son tus tetas… y de largas tus piernas… o en el lado opuesto: cuántos centímetros te mide… cuanto ganas, qué posición social ostentas…?
Son afortunadas las personas que comparten camino con Zazpi en particular y personas como ellas en general, porque tienen la peculiaridad más hermosa: No te invaden, te respetan, te permiten ser tú. Al final todos necesitamos regresar a nosotros mismos de vez en cuando; por muy divertida, explosiva e intrépida que sea la persona a la que amamos (o a pesar de, o precisamente por ello), necesitamos un espacio íntimo solo para descansar y para disfrutar de nosotros mismos.
No se dan más separaciones y fracasos matrimoniales, además de por las situaciones económicas que quizá no lo permitan, por este hecho. Después de electrizante enamoramiento, la prolongada adaptación a la rutina, muchas llega esta denostada pero hermosa virtud: Te das cuenta que la persona de la que te enamoraste se ha caído con todo el equipo, pero no te invade, te deja ser tú, no te fagocita… y eso en sí, es mucho.
La sociedad ensalza el amor romántico, y el “hacer y el ser vivo”, y esto hace que muchas personas desperdicien su vida interpretando una caricatura de sí mismas forzando muecas que intentan imitar sonrisas y felicidad, tal vez buscando la aprobación del grupo. Queremos estimular a otros, excitar sexualmente, ser siempre divertidos y cumplir la totalidad de sus fantasías. Supongo que este esquema proviene del mito de la media naranja, esto es, que somos seres incompletos que necesitamos a otra persona que nos para encontrar la plenitud; y también tendrá que ver que para la publicidad es un verdadero filón el que pensemos que nos tenemos que ocultar tras algo para gustar a una persona.
No aportar es aportar. Cuando encuentras a alguien que no te exige ser nada, y tú tampoco necesitas trastocar nada en ella para ser o sentir algo más especial o divertido a través de ella, sientes que esa persona te da todo: Te regala su alteridad y no perturba tu intimidad.
Se trata de otro nivel en el que no se valora el ruido, y el ser (de poseer o tener)... sino el silencio y las emociones más básicas... el saber estar y no estar.