6 Valle de Itria
Aunque solo está a una hora en coche de Bari, el valle de Itria parece estar mucho más lejos. Tranquilas carreteras secundarias, campos frutales y olivos centenarios, atractivos pueblos encalados sobre colinas y los curiosos trulli, casas circulares de piedra que motean el paisaje. Uno de los puntos más atractivos del valle es Grotte di Castellana, uno de los sistemas de cuevas naturales más largos de Italia, con una increíble variedad de paisajes subterráneos e insólitas formaciones de estalactitas y estalagmitas. Los visitantes van sobre todo a la Grotta Bianca, paraíso de espeleólogos, una fantasmagórica caverna de alabastro donde cuelgan delgadas estalactitas.
Alberobello es otra de las joyas de Itria, y patrimonio mundial, aunque parece no parar de crecer: más de 1.500 casas con forma de colmena y rematadas por pináculos blancos. Son los pintorescos trulli –casas, bares, tiendas–, que en verano reciben un aluvión de turistas que se hacinan entre ellos.
Otra parada que merece la pena es Locorotondo, con un centro histórico apacible y peatonal, donde todo es blanco salvo los rojos geranios de las jardineras. Incluido entre los pueblos más bonitos de Italia, resulta una delicia en sí mismo. Además, nos encontramos en el corazón de la comarca vinícola de Apulia y podremos saborear un spumante de la zona en la Cantina del Locorotondo. Los pueblos pintorescos se suceden en Itria, como Martina Franca, con un casco antiguo de callejones sinuosos, casas de un blanco cegador y, entre ellas, edificios barrocos y rococós, plazas despejadas y balcones de forja. O como Ostuni, recostada en tres colinas, con la joya de su catedral como elemento central y una campiña circundante perfecta para el ciclismo.