La España de Luis Aragonés, en 2006, aspiraba al Mundial. Recordemos que todo el mundo hablaba de España tras la paliza (4-0) que le dio a Ucrania en su debut. Todos nos acordamos de aquella jugada de Puyol y posterior gol del Niño Torres.
El partido contra Francia fue una excepción. Los medios españoles estaban muy crecidos y anunciaban que la Roja iba a "jubilar" a Zidane y a los suyos. Cosa que ofendió mucho a los franceses, y se motivaron muchísimo para el encuentro. A esto sumémosle que aquellos Xavi, Iniesta, Ramos, Torres, etc. eran muy jóvenes. Los franceses estaban más curtidos. Además, la Bleu desde hacía tiempo se caracterizaba por ser un equipo muy físico. A España siempre le costó mucho lidiar con equipos así. Más aún si, además, poseían calidad con el balón, como sucedía con aquella Francia. España basaba su juego en la posesión del balón y las combinaciones. Los contraataques eran lo único que le podía hacer daño. Porque a posesión y a calidad no le ganaba nadie.
Así que José (que es como le llaman en casa, según sus padres), no inventó nada.