Astérix había perdido al primero de sus padres, el guionista René Goscinny (1926 - 1977), hace cuarenta y dos años. Desde entonces, Uderzo oficiaba de «padre», «madre», protector y «guardia pretoriana» del más célebre de sus héroes, Astérix, el galo mitológico. Albert Uderzo era ya un gran dibujante mucho antes de su creación. Había trabajado en los diarios «France Dimanche» y «France Soir», en las revistas «Tintin» y «Pilote», dos matrices del cómic francófono.
Esa gran experiencia, de más de veinte años, fue decisiva cuando Uderzo se cruzó en 1951, en París, con René Goscinny, recién llegado de los EE. UU. La pareja creó muchos personajes e historias, al alimón, con un talento excepcional que tuvo mucha influencia entre los años 50 y 60 del siglo pasado.
Una crisis familiar precipitó la decisión del padre de Uderzo de emigrar de Italia a Francia, donde nació el futuro creador de la silueta de la pareja Astérix / Obélix. En sus memorias, el dibujante cuenta una historia fabulosa de su llegada al mundo.
Goscinny era hijo de madre ucraniana y padre polaco, que tuvieron una vida dura, difícil, víctimas de las crisis económicas sociales, cuando crecía de manera pavorosa un rechazo brutal contra la inmigración del Este europeo.
Los dos héroes emblemáticos de la Francia más profunda fueron el «fruto« de esa inmigración. La pareja Uderzo / Goscinny creó unos «galos» tan «falsos» como profundamente «franceses». «Están ustedes contando la historia mítica de Francia, jóvenes. Si dudan entre la verdad y la leyenda, no lo duden, cuenten la leyenda…», pudieron pensar Uderzo y Goscinny, tras descubrir, juntos, una no menos legendaria película de John Ford, «El hombre que mató a Liberty Valance».
Tras la publicación de la primera historia de Astérix, «Astérix el galo», el 29 de octubre de 1959, el galo mitológico comenzó a crecer de manera vertiginosa. Aquel primer libro tuvo una tirada irrisoria de 6.000 ejemplares. Uderzo se «quejó» a su editor: «¿No podríamos hacer ediciones más generosas». «Oiga, cuando usted venda 30.000 ejemplares volveremos a hablar», le dijo el responsable. De ese libro se han vendido centenares de miles de ejemplares.
«Infieles» a la historia genuina de Francia, hijos de inmigrantes, con una formación más «callejera» que universitaria, Uderzo y Goscinny «reescribieron» la Guerra de las Galias de Julio César muy libremente, confiriendo al galo todas las virtudes, reales o imaginarias, del «franchute» canónico, visto por sí mismo, con inmensa y generosa ternura patriótica.
Nunca fui un gran lector de sus comics, pero me encantaba las peliculas de animacion que sacaban por la tele.