CUANDO ESPAÑA ESCOGIÓ AL QUECHUA COMO SU IDIOMA DOMINANTE EN SUDAMÉRICA
¿PORQUÉ ESPAÑA PREFERÍA QUE SE HABLE EN QUECHUA Y NO EN CASTELLANO DURANTE EL VIRREINATO DEL PERÚ?
EL PROCESO DE CASTELLANIZACIÓN NUNCA FUE PROMOVIDO POR ESPAÑA PORQUE PREFERÍAN QUE SEA EL QUECHUA EL IDIOMA DOMINANTE Y NO EL ESPAÑOL EN LA SUDAMÉRICA VIRREINAL
<<Sin embargo, los españoles se servirán del quechua como único elemento unificador y expandirán las fronteras del habla quechua más allá de las impuestas durante el imperio incaico. Resumiendo, los conquistadores aprovecharán la universalidad del quechua pero sin poder suprimir la existencia de los diferentes regionalismos, hasta hoy existentes>>.
FUENTE: Cerrón-Palomino, R. (1982), p. 108.
[…]
<<El quechua pierde su carácter de lengua general entendida a la manera incaica y cobra el de herramienta del dominio español para extender su poder>>.
[…]
<<Si bien existió un interés por el quechua, fue solo para ser utilizado como instrumento de evangelización por parte de la Iglesia. Un ejemplo de ello es la Gramática y el Lexicón escritos en 1560 por el dominico Fray Domingo de Santo Tomás>>.
FUENTE: Rivarola, J.L., en: Zimmermann, K. (1995), p. 136.
<<La costa era una región densamente habitada en el Perú prehispánico, aproximadamente en un 95%; durante la colonización disminuyó a menos del 15%, debido a epidemias y la huida de muchos indios a tierras más altas>>.
FUENTE: Ibid., p. 193.
LA CASTELLANIZACIÓN EN LA SIERRA PERUANA NO PUDO CONCRETARSE DURANTE EL VIRREINATO; SIN EMBARGO, SU DIFUSIÓN ESTUVO A CARGO DE LOS CURACAS INDIOS
<<El proceso de castellanización en la Sierra fue muy lento. La concentración poblacional era mayor, y por lo tanto así también la resistencia étnica y lingüística. Rivarola señala, entre otros, los motivos que habrían frenado tal proceso: la difícil configuración geográfica del territorio, la desproporción demográfica entre españoles e indígenas, las diversas barreras para el contacto interétnico, la precariedad de los medios de enseñanza, etc.>>.
FUENTE: Rivarola, J.L. (1988), p. 215.
<<En cuanto a la enseñanza del castellano en la Sierra, ésta estuvo mediatizada por los curacas, la élite local o aristocracia indígena, para los que existieron escuelas desde el siglo XVI y quienes, en su esmero por aculturarse lo más rápido posible para sacar provecho de las posibilidades que les otorgaba la sociedad dominante, eran vistos por los españoles como posibles difusores de la cultura y lengua españolas>>.
FUENTE: Rivarola, J.L. (1989), p. 155.
LA CASTELLANIZACIÓN EN HISPANOAMÉRICA RECIÉN EMPEZÓ CON LA APARICIÓN DE LAS PRIMERAS REPÚBLICAS INDEPENDIENTES
<<Desde su llegada a América, algunos misioneros se dieron a la tarea de registrar las lenguas de los indios, estudiarlas y aprenderlas, con el propósito de ayudar a una evangelización más eficiente. Con este último propósito, los misioneros de Indias propugnaron por la enseñanza de los indígenas en su propia lengua. De acuerdo con esa visión, Felipe II había decretado en 1570 que el náhuatl debía convertirse en la lengua de los indios de Nueva España, con la finalidad de hacer más operativa la comunicación entre los nativos y la colonia peninsular. […] . A partir del siglo XVII, los pronunciamientos a favor de la castellanización de los indios fueron cada vez más numerosos. Con ello, los colonizadores renunciaron a su vocación bilingüe, vocación que llevó en un primer momento a los misioneros y a los encomenderos a aprender las lenguas de los nativos. Esa necesidad de bilingüismo se trasladó entonces a los actores que articulaban las relaciones entre los niveles más altos del gobierno y los pueblos indígenas, es decir, la élite nativa encarnada en los caciques regionales.
A lo largo del período colonial, el español y las lenguas indígenas entraron en una relación de intercambio que llevó, por un lado, al español de cada región a conservar palabras de origen indígena en el habla cotidiana, y a las lenguas indígenas a incorporar no sólo palabras españolas, sino de otros idiomas indios y especialmente del taíno (arawak caribeño).
Después de la independencia de la América Hispana, la ideología liberal dominante llevó a los encargados de la educación pública a seguir implementando políticas educativas cuyo propósito era la castellanización de los indígenas. Según sus defensores, con la castellanización los indios quedarían plenamente integrados a las naciones criollas, en igualdad con el resto de los ciudadanos.
En 1889, Antonio García Cubas calculó la proporción de hablantes de lenguas indígenas en un 38% del total de la población de México. Si se compara con el 60% que estimaba una encuesta de población en 1820, es notable la reducción proporcional de los hablantes de lenguas nativas como componente de la población. Al final del siglo XX, la proporción se redujo a menos del 10% de la población mexicana.
La castellanización tenía como propósito eliminar las diferencias étnicas de los indígenas con respecto al resto de la población, para, en última instancia, integrarlos en "igualdad" de condiciones a la nación. En México, uno de los principales criterios históricos para la definición de lo indígena ha sido la lengua (el criterio "racial" sólo desapareció en el discurso oficial en la tercera década del siglo XX). Por ello, las estrategias para inducir el abandono de las lenguas indígenas estaban dirigidas principalmente a la prohibición legal de su empleo en la educación, la prohibición fáctica del ejercicio de la docencia para los indígenas (cuando un indígena llegaba a ser profesor, el gobierno se encargaba de reubicarlo en una comunidad donde no se hablara su lengua madre) y otras similares>>.
LA CASTELLANIZACIÓN DE ESPAÑA RECIÉN SE INICIA EN EL SIGLO 18
En España, a principios del siglo XVIII se inicia, con Felipe V, una política de castellanización y consiguiente minorización (v. lengua minorizada) del resto de lenguas vernáculas, dentro del proceso de construcción de un Estado nación de matriz castellana, centralizado y unificado.
No obstante, la extensión del castellano entre la población española no fue más allá de aquellos miembros de las clases aristocráticas y de la alta burguesía no castellanohablantes que prefirieron adoptar la lengua del poder, más prestigiosa socialmente, y sus ámbitos de empleo fueron la administración y la justicia, la producción cultural y la prensa. En el ámbito privado y en la relación interpersonal predominaban las lenguas vernáculas. La mayor parte de la población no castellanohablante, debido a una precarísima escolarización por falta de recursos económicos (que convertían la asistencia a la escuela en un lujo) y debido también a las graves deficiencias estructurales de la propia institución escolar española, tardaría mucho más en aprender el castellano por la principal vía posible: la escuela.
En el primer censo nacional de 1860, el porcentaje de los que sólo sabían leer era del 4,5 % y el de los que sabían leer y escribir –los que podrían considerarse alfabetizados según criterios más actuales – alcanzaba sólo el 19,9 % de la población censada. A principios del siglo XX todavía se cuenta en un 60 % el porcentaje de analfabetos en España.
FUENTE: Lozano, Irene (2005): Lenguas en guerra, Espasa Calpe.
http://servicios.elcorreo.com/auladecultura/lozano3.html
(Los más instruidos hablan el castellano con un acento fuerte e inconfundible, y los otros es bien evidente que solamente se valen de él con penas y trabajos y muy a menudo en forma muy incorrecta; queda todavía un buen número, no menos de un 20 %, sobre todo mujeres, que no lo saben hablar, y hay cosa de un 5 % (en zonas apartadas) que apenas lo entiende.)
FUENTE: Antonio Viñao: "La alfabetización en España: un proceso cambiante de un mundo multiforme". Efora, vol. 3, marzo de 2009, p. 7;
http://www.usal.es/efora/efora_03/articulos_efora_03/n3_01_vinao.pdf
LA CASTELLANIZACIÓN EN ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA
REFERENCIAS:
Acosta, José de [1588]: "De Procuranda Indorum Salute". En: Obras, Madrid: Atlas, p. 389- 608. Citado en Rivarola (1995).
Adorno, Rolena: "Waman Puma: el autor y su obra". En: Felipe Guamán Poma de Ayala (1987), p. XVII-XLVII.
Cerrón-Palomino, Rodolfo. El quechua: una mirada de conjunto, Lima: Universidad Nacional de San Marcos, 1980.
Cerrón-Palomino, Rodolfo: "La cuestión lingüística en el Perú". En: Cerrón-Palomino, Rodolfo (comp.) Aula quechua, Lima: Signo, 1982, p. 105-119.
Rivarola, José Luis. Lengua, comunicación e historia del Perú, Lima: Lumen, 1985.
Rivarola, José Luis: "La formación del español andino. Aspectos morfo-sintácticos". En: Actas del Primer Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española I, Madrid: Arco Libros, 1988a, p. 209-225.
Rivarola, José Luis: "Bilingüismo histórico y español andino". En: Actas del IX Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Berlín, 1989, p. 153-163.
Rivarola, José Luis: "Escrituras marginales: sobre textos de bilingües en el Perú del siglo XVI". En: Lüdtke, Jens (comp.) El español de América del siglo XVI. Actas del Simposio del Instituto Ibero. Americano de Berlín, 23 y 24 de Abril de 1992, Frankfurt a. M.: Vervuert, Madrid: Iberoamericana, 1994b, p. 191-209.
Rivarola, José Luis:" Aproximación histórica a los contactos de lenguas en el Perú". En: Zimmermann, Klaus (ed.) Lenguas en contacto en Hispanoamérica, Frankfurt a. M.: Vervuert, Madrid: Iberoamericana, 1995, p. 135-159.
FUENTE WEB:
https://www.grin.com/document/98922