BladeLord escribió:Piko, pretender llegar a las estrellas con nuestras naves actuales, es como pretender que hombres desde mediados del siglo XIX lleguen a la Luna en Globo... Sin embargo, no estamos considerando que nuestras tecnologías tienden a aumentar conforme avanza el tiempo. Un siglo después fuimos capaces de depositar al primer hombre en nuestro satélite. Que significa eso? Que con el tiempo apropiado, los recursos invertidos y demás, podemos ser capaces de utilizar otras tecnologías y conocimientos que nos permiten acortar las distancias.
Solvia puso una de tantas teorías plausibles, no es la única, ni la primera, ni la última. Efectivamente dichas investigaciones requieren tiempo y una fuerte inyección de dinero y recursos tanto financieros como humanos.
Por lo tanto para darles el tiempo que necesitan, considero menester emplear correctamente los recursos ambientales. Tiempo no sólo para obtener el conocimiento,sino también para implementarlo y tiempo para el mercado de manera que se pueda volver masivo, en todos tipos de tecnología no solamente para viajar sino también para terraformar. Me parece perfecto. Sin embargo centrarse solamente en las medidas de ganancia temporal en desmedro de las medidas finales para salir de este planeta... Bueh... Por eso es que no me pareció lo que dijo Greta. De ignorar lo importante que es, salir de este mundo a tiempo, lo único que lograremos es alargar nuestra agonía.
Es que por mucho que avancen nuestras tecnologías, los que tenemos nociones de astronomía sabemos que las dimensiones y distancias del espacio quedan fuera de nuestro alcance e incluso de nuestra imaginación. Intenta asimilar pensando un poco lo que supone en km digamos... 30.000, 500.000, 100.000.000 años-luz a razón de 300.000 km/segundo. Estoy seguro que te costará hacerte a la idea. Y estamos hablando de distancias modestas en términos cósmicos, ya que la inmensa mayoría de las galaxias conocidas se encuentran a distancias muy superiores, es decir, muchos millones de años-luz.
Es que nuestro gran e inmediato problema es que el planeta que habitamos está pidiendo socorro a gritos mientras nosotros soñamos con lejanos planetas y lo seguimos destruyendo alegremente al tiempo que no pocos energúmenos niegan incluso esta realidad y se burlan de los que la señalan.
Otro fenómeno no menos grotesco es que se nos olvida nuestra condición de primates mortales con vidas extremadamente breves. Cuando hablamos de hipotéticos viajes interestelares, casi nadie se para a pensar que la vida humana es muyyyyyy cortita, y subir a una nave que pudiera viajar a distancias astronómicas (nunca mejor dicho) supera con creces nuestros estrechos límites vitales. Además, piensa que un simple virus invisible es capaz de poner patas arriba a toda nuestra civilización, lo que nos pone delante de los ojos nuestra debilidad y fragilidad pese a creernos el ombligo del Universo.
Respecto a los hipotéticos atajos espacio-tiempo, sencillamente no creo en ellos, ya que contradicen las leyes de la física conocidas hasta ahora. Pero aunque los hubiese, sigo estando convencido que nuestra condición humana es demasiado limitada en todos los sentidos como para enfrentarnos con éxito al cosmos inabarcable.
Como mucho, dentro de nuestro sistema solar puede que pongamos el pie en Marte en unos años, un planeta muerto y casi sin atmósfera, lo que no nos servirá para nada como especie, aunque tiene su interés científico. Mercurio y Venus son dos infiernos a los que ni merece la pena descender (en Venus quedaríamos aplastados como si nos cayera encima un rascacielos por la inmensa presión y tendríamos que enfrentarnos a lluvias de ácido sulfúrico y las temperaturas de un horno crematorio, unos 500 grados), Júpiter y Saturno son planetas gaseosos, es decir, que ni siquiera podríamos tomar tierra en ellos. Urano y Neptuno, dos mundos helados, muertos y demasiado lejanos. Y a Plutón, una esfera de hielo, hasta le hemos quitado la condición de planeta.
Blade, hay que intentar salvar la Tierra, lo único que realmente tenemos.