Según distintas sociedades médicas, la prevalencia del trastorno de la llamada
DISFORI DE GENERO en menores, es de un caso por cada 10.000 habitantes a lo sumo, y muchas de las personas que viven la contradicción de sentir un sexo diferente al biológico padecen esa incompatibilidad a lo largo de su vida.
Sin embargo, comprobamos que, cuando esos menores son criados por estrellas de la farándula, el porcentaje se multiplica hasta el infinito, y los niños que no se identifican con su sexo biológico crecen como setas. Curioso, ¿verdad?
A ver si lo que es una imposición cultural no es el género, sino la teoría de género...
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