Chile, desde antes de la independencia mantiene una historia marcada por ciclos de crisis política y social que conllevan a la instauración de nuevos modelos de administración económica, se han registrado los siguientes ciclos:
- 1750 -1832
- 1833 - 1860
- 1861 - 1891
- 1892 -1907
- 1908 - 1934
- 1934 - 1973
- 1973 - 1990
Y actualmente estamos viviendo el fin del ciclo que partió en 1990 con la caída de la dictadura y la instauración de la democracia que en esencia mantuvo el modelo heredado de Pinochet por lo que se puede considerar que en realidad es una extensión del ciclo número 7, aunque con marcadas diferencias en aspectos jurídicos como culturales, por lo cual prefiero dejarlo aparte.
El hecho es que históricamente el país ha vivido ciclos cuya duración en promedio es de 20 - 30 años y que durante su desarrollo la violencia política ha llevado a la acción de fuerzas populares que de una y otra forma se han politizado y conectado con cierta facción de la oposición política al régimen y que terminan con la intervención de las fuerzas armadas, la confirmación del orden tradicional, la formación de nuevas alianzas y coaliciones políticas y la reinstauración del orden liberal. Es la expresión máxima de la lucha de clases dentro de la tónica del país.
En este caso hay elementos nuevos, a saber, por primera vez en la historia la Constitución será creada con una amplia proporción de independientes y de una izquierda novedosa y casi extraparlamentaria que emergió del movimiento estudiantil universitario de 2011 (Frente Amplio), que en conjunto, dejaron a la derecha tradicional replegada a una minoría que como se sabe, no influirá en absolutamente nada al momento de redactar y aprobar cada punto de la Carta Magna. También es cierto que una intervención de las fuerzas militares es muy poco probable (aunque no imposible) considerando el contexto internacional. Es por lo tanto un momento histórico de cambio para el país. Aunque también es cierto que los resultados pueden ser contraproducentes o muy negativos si se repiten errores del pasado como obviar que para incrementar los derechos es necesario incrementar también la productividad, y que para eso se necesita más que solo seguir siendo un país tradicionalmente minero y agrícola. El reformismo burgués siempre tenderá a lo mismo, una salida reaccionaria de cara a los vaivenes económicos, y si ese reformismo tiene de nombre socialismo o "la lista del pueblo" dará igual de cara a una población que no tenga una representación obrera con todas las letras, veamos si los independientes politizados que están alcanzando municipios y puestos de constituyentes actúan en consecuencia o no. Mi temor, en este sentido, es que ocurra como en otros ciclos y los nuevos actores políticos pasen a formar parte de la élite de toda la vida traicionando a la clase obrera (como Iglesias en España).
Hay que esperar y observar los acontecimientos que se sucedan luego de junio, por ahora el hecho es que la derecha está absolutamente derrotada (y les queda solo llorar en Twitter y refugiarse en los pocos bastiones que tienen, sus burbujas geográficas de Providencia a Lo Barnechea) por lo que el bulo cibernético es su única arma (si gobernase la izquierda el boicot económico sería otra), y todo lo que se construya en materia constitucional será de responsabilidad izquierdista (de centro y no tan centro).
Saludos.