Sin duda, se ha intentado asociar a la serpiente con el género femenino, un mito relacionado con el machismo de las grandes religiones monoteístas.
En realidad, es un instrumento más de dominio sobre la mujer, que por ahí van los tiros de la religión. La serpiente como símbolo del mal, que se arrastra silenciosamente, trepa a cualquier árbol, se introduce por los boquetes, paraliza y mata con veneno.... Si la relacionas con el sexo femenino, la víctima inocente es pues el hombre.