No puedo evitar sentir una profunda tristeza al contemplar la decadencia de España, que comenzó en la época de Franco y que ha sido consumada durante la democracia.
Un pueblo que ha perdido el sentido de la bella, es un pueblo espiritualmente muerto, y los españoles hace tiempo que perdimos el sentido de la belleza.
Uno de los síntomas mortuorios inequívocos en que los forenses del alma pueden reconocer que el paciente ha pasado a mejor vida es el relativo a los gustos musicales. Que sea el reguetón el estilo musical predominante, significa que ya le ha llegado a España su apocalipsis bíblico y que debemos prepararnos para lo peor.
Pero no es solo la música lo que nos muestra nuestro entorno apocalíptico. También podemos observar mujeres feas y feministas, entornos urbanos horribles, jóvenes violadores en cada esquina, la drogadicción como forma usual de evasión de la realidad, hombres corruptos y deshumanizados, y violencia y delincuencia propagándose como una plaga.
Es una situación desoladora, pero no podemos rendirnos ante ella. Debemos luchar por recuperar el sentido de la belleza y la dignidad humana que nos ha sido arrebatado. Solo así podremos volver a ser un pueblo verdaderamente vivo y vibrante.
La decadencia en la mujer como síntoma de la decadencia de la sociedad: