................ mantener las casas mucho más frescas en verano y más cálidas en invierno, reduciendo fuertemente el gasto de energía para enfriar y calentar, ya que las plantas regulan las temperaturas, son una especie de termostato natural.
Por supuesto, también resultan mil veces más atractivas bajo el punto de vista estético que las moles desnudas y sin alma, grises o parduzcas, que dominan nuestras ciudades. Para más inri, los ruidos en el interior quedan así muy mitigados. Y rizando el rizo, también las fachadas quedan protegidas de la contaminación, que tanto en edificios como en monumentos causa verdaderos estragos, a la vez que se mejora la calidad del aire.
Pero apenas se practican estas sencillas soluciones en las ciudades... ¿por qué? ¿Qué ocultos intereses lo impiden?