El Gobierno de México ha roto relaciones diplomáticas con Ecuador de manera indefinida tras el asalto de la policía ecuatoriana a su embajada en Quito, que tuvo lugar el pasado viernes, para detener a su exvicepresidente Jorge Glas. La medida, que incluye el cierre de su misión diplomática, también ha sido adoptada por Nicaragua tras una cadena de eventos que ha desatado una grave crisis diplomática en la región.
El asalto a la embajada, calificado por México como “una violación flagrante del derecho internacional”, cuenta también con la condena de numerosos países de América Latina, España, Estados Unidos, la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos. Todos ellos han rechazado el acceso de la policía de Ecuador a la embajada de México para detener a uno de sus ciudadanos.
El detenido es Jorge Glas, uno de los políticos más relevantes de los últimos años en Ecuador. Vicepresidente en el gobierno de Rafael Correa y de Lenín Moreno, ha sido condenado por dos delitos de corrupción y soborno, y había conseguido asilo en la Embajada de México. El pasado viernes, a esta protección se sumaba un salvoconducto que le permitía viajar a la capital mexicana.
Para México, Glas es un político perseguido por el gobierno ecuatoriano, del partido rival, que ahora lidera Daniel Noboa. Para Ecuador, el exvicepresidente debía ser detenido para terminar de cumplir su condena y ha sido trasladado a una cárcel de máxima seguridad en la que Ecuador aloja apenas un centenar de reclusos. Tras su detención, Glas fue llevado este sábado en un avión militar hasta Guayaquil, la región donde se encuentra la prisión de La Roca.