Son las 11:36 del 8 de agosto de 1969. La mejor banda del mundo mira al frente, el paso coordinado y cruza la esquina de Abbey Road y Garden Road, en el barrio de St.John´s Wood, Londres. A sólo 50 metros de los estudios EMI en los que grabaron. Una esquina cualquiera, que no va a ser una esquina cualquiera nunca más.
La escena dará origen a la portada del que figura como el anteúltimo álbum de Los Beatles, Abbey Road. Aunque en realidad esas fueron las últimas canciones de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, juntos en un estudio. Let it be se lanzó un año después, en 1970, pero la mayoría de las pistas fueron grabadas antes.
De lo que no se ve a un lado de la acera hay un par de sandalias que hasta hace unos segundos llevaba puestas Paul McCartey. Detrás de la cámara, subido a una escalera plegable a mitad de la calle, manteniendo el encuadre y haciendo equilibrio, está el fotógrafo escocés Ian McMillan. No muy lejos de allí un oficial londinense desvía el tránsito.
La policía sólo le dio 10 minutos a McMillan para lograr la foto. Hubo varias tomas. En algunas cruzan de izquierda a derecha, en otras de derecha a izquierda, miran hacia abajo, no mantienen una distancia definida, muestran caras de fastidio. La sexta sería la tapa del disco.
En torno a la imagen surgirían preguntas y teorías como la supuesta muerte de Paul McCartney y su reemplazo por un doble. Es el único disco de los Beatles que no lleva en el frente el nombre del álbum, ni de la banda. La tapa es todo lo que el escocés vio a través del lente cuando gatilló. Incluido un hombre al fondo, bajo una sombra pero peceptible, escondido a la vista de todos, junto a una patrulla policial.
La teoría de la muerte de Paul McCartney y las pistas en la portada
Desde hace décadas existe la teoría de que McCartney murió en el año 1966 en un accidente de auto y que fue reemplazado por William Shears Campbell, un hombre que supuestamente había ganado un concurso a partir de su enorme parecido con Paul.
Lo más difícil de creer si por un momento se le diera crédito a la leyenda, es que Cambell también fuera capaz de escribir e interpretar clásicos de McCartney posteriores a ese año como "Let it be", "Blackbird" o "Golden Slumbers", sólo por mencionar algunos y sin hacer referencia a su carrera solista.
En el año 1969 se conocía la tapa de Abbey Road y como ya había ocurrido con la de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band en 1967, la imaginación de algunos fanáticos se ponía al servicio de la versión que quería creer que el resto de Los Beatles no sólo eran capaces de ocultar la muerte de un amigo de la adolescencia, sino también los suficientemente cínicos como para dejar pistas en las tapas de sus discos.
El dato más llamativo eran sin dudas los pies descalzos de Paul. En torno a ese detalle se alimentaría la teoría de la muerte. Desde esta mirada Lennon de blanco, Starr de negro y Harrison de azul, representaban el cortejo fúnebre: el primero como un sacerdote, el muerto descalzo, de luto quien lleva el féretro y último el sepulturero.
La realidad es que los trajes de John, Paul y Ringo fueron obra del sastre británico Tommy Nutter, que vistió durante su carrera también a Elton John o Mick Jagger, e inclusive a actores como a Jack Nicholson para su papel del Joker en la Batman que en 1989 dirigió Tim Burton. George es el único que no lleva un diseño de Nutter, vistiendo pantalón y camisa de jean.