Administraciones, empresas y establecimientos están poniendo en marcha una larga cadena de despidos fulminantes de los trumposos que asaltaron el Capitolio el 6 de enero.
Hace falta ser imbéciles para irrumpir violentamente en el Capitolio a cara descubierta (un seguidor de Trump que se precie rechaza las mascarillas incluso en el peor momento de la pandemia), hacerse autofotos durante el asalto para colgarlas después en la red y cometer todo tipo de desmanes en el centro político del país mientras están siendo grabados por las cámaras.
¡Muchos de ellos incluso llevaban colgada al cuello bien visible la tarjeta credencial de su empresa!
Resultado: el FBI está identificando sin problemas y deteniendo por una serie de crímenes a esta turba de ultraderechistas trumposos y las empresas mandan a uno tras otro a la puta calle gracias a las enormes facilidades que los delincuentes han dado para su propia identificación.
¿Pensaban que sus actos vandálicos a cara descubierta no iban a tener consecuencias o son simplemente idiotas? Las dos cosas: creían que se irían de rositas porque son idiotas.
CADENA DE DESPIDOS ENTRE LOS VÁNDALOS TRUMPOSOS
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